Muchos números, varios argumentos y poco acuerdo. Y esto último tampoco tiene por qué ser negativo, sino fruto de la pluralidad política. Esa variedad en la oferta ha quedado patente este martes en el Pleno extraordinario celebrado en la Diputación de Zamora para aprobar la cuenta general del ejercicio 2023. De un lado, el gobierno monocolor del Partido Popular, con una perspectiva optimista de lo hecho y de lo que está por venir en lo que queda de mandato; del otro, la izquierda y su mirada hacia «una provincia en declive».
En cada caso, los portavoces políticos se han servido de los datos para tratar de respaldar sus teorías. Por ejemplo, Laura Rivera, de Izquierda Unida, ha aludido a la gran cantidad de dinero que, a su juicio, destina el equipo de Gobierno al reparto a dedo, y ha citado los cuatro millones de euros en «competencias impropias» para Servicios Sociales que sirven para llegar donde no alcanza la Junta, la que cuenta con la responsabilidad en la materia.
«Estamos en una provincia débil y cada vez hay más remanente y menos dinero que llega a los pueblos», ha señalado Rivera, antes de que Sandra Veleda, la portavoz del PSOE, incidiera en eso de «una Diputación rica en una provincia pobre». La política benaventana ha citado sin nombrarlo a su predecesor en la portavocía socialista, Luciano Huerga, para insistir en que «para conseguir resultados distintos hay que hacer cosas diferentes», y ha hablado de «gestión conservadora y repetitiva».
Veleda ha admitido que las cuentas están saneadas, pero ha considerado que son «poco ambiciosas para lo que necesita Zamora». Su paisano José Manuel Salvador ha replicado con muchas cifras, con una reivindicación del esfuerzo inversor y con detalles como la deuda cero o la reducción del pago a proveedores, en una argumentación que no ha convencido a la izquierda: «Esta Diputación no representa a esta provincia», ha lamentado nuevamente Rivera.
Rechazo al «paisaje catastrofista»
El encargado de cerrar el debate ha sido el propio presidente de la Diputación, Javier Faúndez, que ha preferido salir del «debate de la interpretación de cifras» para remarcar que la institución carece de deuda, que dispone de «capacidad inversora» y que, bajo su óptica, el «paisaje catastrofista» que pinta la oposición no es tal: «No lo comparto. Estamos gastando remanente, dinero del presupuesto y llegando a acuerdos», ha resaltado el político alistano.
Además, Faúndez ha recordado que el equipo de Gobierno actual no fue el que confeccionó los presupuestos de 2023, por lo que ha abogado por esperar a la liquidación del 24 y a la nueva hoja de ruta económica del 25 para poder valorar el escenario con más criterio. Al final, en la aprobación, todos los votos fueron a favor de la cuenta salvo los tres de IU, que salieron en contra.