Corrían los primeros días de marzo del año 2015. Quedaban poco más de dos meses para las elecciones municipales y el PSOE de Toro buscaba un candidato que le diera el relevo a Lorenzo Rodríguez, que no volvería a someterse a la confianza de los electores. Fue entonces, en esos días previos a la primavera de aquel año, cuando los zamoranos de más allá de los límites municipales de Toro comenzaron a oír el nombre de Tomás del Bien. Desde entonces hasta ahora, cuando Del Bien da un paso atrás y sale del Ayuntamiento de Toro, ha pasado casi una década en la que el toresano ha sido una importante figura política en su ciudad. Sin él no se explica la política de Toro en esta última década. Buena parte de la política zamorana, tampoco.
En Toro, Del Bien cayó de pie. No solo consiguió poner fin a 16 años de Alcaldía de Jesús Sedano, sino que apabulló al PP en concejales en un año, el mismo en el que Guarido alcanzó la Alcaldía de la capital, propició para la izquierda. Nueve concejales para Del Bien, cuatro para Sedano. Victoria incontestable y a gobernar. Lo que pasó después en el seno del PSOE no se explica sin estos cuatro años, los que van desde 2015 a 2019, con Tomás del Bien siendo alcalde de Toro y con Antidio Fagúndez ocupando el puesto de primer teniente de alcalde en Zamora.
La división en el PSOE empieza a fraguarse y se hace pública en el año 2017. En el XIII Congreso Provincial, dos fueron las figuras que aspiraban a liderar el partido en Zamora, las dos antes mencionadas: Fagúndez y Del Bien. Los afiliados votaron y un estrecho margen de solo 20 papeletas (261 frente a 241) permitió que Antidio Fagúndez cogiera el relevo de Antonio Plaza al frente de los socialistas zamoranos. Fagúndez ganó en las agrupaciones de Zamora, Puebla, Fuentesaúco y Fermoselle. Del Bien, en Aliste, Benavente, San Miguel de la Ribera, Toro y Villalpando. Fagúndez prometió, la noche en la que se conocieron los resultados, integración.
La Diputación y la expulsión del alcalde de Toro
La brecha entre ambos era ya evidente y la situación acabó por explotar en el año 2019. El PSOE de Toro conseguía retener la mayoría absoluta en el municipio, aunque perdía un concejal y gobernó con ocho ediles el Ayuntamiento entre 2019 y 2023. En Zamora, por contra, el efecto Guarido fagocitó al PSOE, que cosechaba el peor resultado de su historia con Fagúndez como candidato. La batalla estaba servida, y el escenario fue la Diputación de Zamora.
Del Bien desoyó las órdenes del partido de no presentarse como candidato a diputado por la circunscripción de Toro. Lo hizo y resultó elegido en un escenario, hay que recordarlo ahora, en el que el PSOE llegó a soñar con arrebatar la Diputación al PP (los populares tenían doce representantes, los mismos que sumaban PSOE e IU. La llave estaba en el que luego fuera presidente con un equipo de Gobierno del PP: Francisco Requejo).
En este escenario, con el expediente ya cursado y con la expulsión del partido sobrevolando la cabeza de Del Bien, el alcalde de Toro convocó a los medios de comunicación en una recordada comparecencia frente a la estatua de Viriato en la que culpaba a Fagúndez de que el PSOE no mandara en la Encarnación. En primer lugar, por conseguir solo tres concejales en la capital; y en segundo, por vetar su elección como representante por la comarca de Toro.
Con el PSOE de Zamora abierto en canal en junio de 2019 y tras celebrarse una Ejecutiva Provincial en la que hasta medio centenar de afiliados irrumpió en la reunión con gritos de «fuera, fuera» y «Yo soy Tomás», Antidio Fagúnez anunció que el partido había expulsado al alcalde de Toro. Del Bien «estaba advertido del riesgo que corría y que aceptó las consecuencias que traía consigo el hecho de desobeceder la decisión tomada por el partido de no incluirle en la lista de diputados provinciales», apuntaron entonces fuentes del partido.
Un alcalde sin partido
Ante Del Bien se abrió un periodo de cuatro años en los fue alcalde de Toro sin partido y diputado no adscrito en la Diputación de Zamora. En La Encarnación su labor fue menos notoria, propia de un diputado de oposición, pero en Toro gobernó hasta cuatro años apoyado por un equipo de concejales que seguían amparados en las siglas del PSOE. Entre ellos, la nueva alcaldesa, Ángeles Medina, que formó parte del equipo de Del Bien durante los ocho años en los que fue alcalde.
La siguiente negociación fue de cara a las listas electorales de las elecciones de 2019. La intención de Del Bien fue entonces encabezar la papeleta del PSOE como concejal independiente, algo lógicamente inasumible en la dirección del partido. La izquierda se rompió, con buena parte del equipo de Del Bien acompañándole en la nueva andadura de Nos Movemos por Toro y siendo suspendidos de militancia por esa decisión. El resultado electoral, el esperado: cuatro concejales para el PP, otros tantos para el PSOE y tres para Nos Movemos por Toro. Fragmentación.
Es a raíz de las elecciones cuando Del Bien empieza a asumir que su tiempo en la primera línea ha pasado y que dar un paso atrás es fundamental para conseguir desbancar al PP del poder local en Toro. Meses de negociaciones entre PSOE y Nos Movemos por Toro que dan ahora sus frutos y que incluyen la salida de la institución del exalcalde, cuyo reingreso al PSOE (camino que han emprendido Ángeles Medina y Ruth Martín) es impensable.
En la celebración de la oposición tras la moción de censura que ha hecho alcaldesa a Medina, con el PSOE celebrando la «reunificación de la familia», Del Bien se mantuvo siempre en un discretísimo segundo plano, a unos metros de los abrazos entre compañeros de partido. Solo un flash permitió ver que la brecha está ahora, al fin, cerrada, y fue cuando Antidio Fagúndez se acercó a su excompañero de militancia y ambos se abrazaron. Toro abre una nueva etapa política a la vez que el PSOE local cierra, al fin, una herida que llevaba ya muchos años abierta.