La Junta de Castilla y León tiene ya sobre la mesa la posibilidad de extender la recomendación de la vacuna contra la lengua azul en el ganado ovino a más unidades veterinarias de la provincia. Medida que se tomaría si el virus continúa con su expansión, detalla el delegado de la Junta, y que se enmarca dentro de las “actuaciones preventivas” que pone en marcha la administración para intentar frenar el golpe de una enfermedad que el sector teme por su elevada mortalidad, establecida en más de un 25% para los animales sin vacunar.
Fernando Prada anticipa que la llegada del virus, además de provocar bajas en la cabaña ganadera, podría afectar a la producción de las explotaciones ganaderas. “La actuación ha sido anticiparnos para que los ganaderos puedan tener ya la vacuna disponible”, apunta el delegado. La vacunación es hoy por hoy obligatoria en las unidades veterinarias de Bermillo de Sayago, Alcañices y Puebla de Sanabria, donde los ganaderos ya están inmunizando a su rebaño.
La recomendación de vacunar, y la obligatoriedad en según qué casos si se detectan focos cercanos a la provincia, podría ampliarse en próximas fechas.
La visión de los ganaderos
El hecho de que haya ganaderos que tengan que vacunar a sus animales contra varios serotipos del virus se ha convertido en una «locura» para el sector, apuntan los propios afectados a través de la Asociación de Ganaderos 19 de abril. Actualmente, dicen, no hay suficiente stock de vacunas de los serotipos 1 y 8 y «se prevé que la disponibilidad del serotipo 3 siga la misma tendencia». Ante esta falta de vacunas, a finales de septiembre, el Ministerio y los Servicios de Sanidad Animal de las comunidades, acordaron que para los movimientos de ovinos mayores de 3 meses y bovinos hacia zonas libres, y con destino distinto a matadero, se someta a los animales objeto de movimiento a pruebas PCR en los 14 días previos, teniendo ese resultado una validez de 10 días.
El sector insiste en que la situación es inasumible porque supone un manejo extra del ganado y un añadido de costes, además de la obligación de gestionar una compleja logística en la actividad. «El panorama tampoco es alentador, ya que la circulación de los distintos serotipos de lengua azul no parece que vaya a parar. Es probable que más comarcas se vean afectadas en el futuro por los serotipos que actualmente están presentes en el país: 1, 3, 4 y 8”, concluyen.