Alejandro Gallego recibe a la visita sentado en una mesa y dibujando con un lápiz. Sin imposturas. La creación es la rutina de este hombre que acude varias veces por semana a la Asociación Síndrome de Down Zamora para dar rienda suelta a una vocación que descubrió cuando se abría a la adolescencia y que ha ido desarrollando durante los veinte años siguientes. Ahora, el protagonista de esta historia tiene 33, «la edad de Cristo», y desde este viernes expondrá sus dibujos por primera vez en la ciudad. Lo hará en el Centro Sociocultural Peromato.
La conversación tiene lugar tres días antes de ese estreno. Previamente, para poner en contexto, Alejandro saca una carpeta y va mostrando algunos de los dibujos que tiene en su catálogo. Varios de ellos corresponden a edificios que ha visto en algún viaje. Su estrategia habitual es fotografiar primero, hacerse una composición mental después y lanzarse por último al papel. Así captó la imagen de uno de los famosos tranvías amarillos de Lisboa. Lo hizo el 23 de junio de 2022. Todo va fechado.
Entre los folios de la carpeta, aparece también una interpretación de la central nuclear de Chernóbil, escenario del accidente de 1986. En este caso, se trata de algo más imaginativo y basado en las ventanas que permiten viajar por el mundo sin necesidad de poner un pie en cada lugar. Es una excepción. En general, muchos de los dibujos se corresponden con edificios que Alejandro ha visto de cerca. «Me inspira la arquitectura», admite el creador.
Él mismo señala que lo suyo por el arte es una pasión compartida con una rama de su familia: «Mi abuelo contagió a toda la familia Herrero», asegura Alejandro, con referencia a su apellido materno. «Mi madre dibuja, mis tíos también y varios de mis primos lo mismo», abunda este zamorano que es amigo de sumergirse en los museos para captar ideas y que se siente, además, «un poco alfarero». En este caso, por afinidad con las habilidades de su padre.
En realidad, Alejandro ha ido pescando un poco de aquí y otro tanto de allá: «Dibujo, pero también hago pequeños diseños», aclara el artista, que no solo se fija en las fachadas de los edificios, también plasma «todo lo que puedas imaginar en el interior». Ese fue el camino que tomó tras constatar ese interés en medio de algunas de las clases que exigían matar el tedio de algún modo: «Me gustaría haber estudiado un poco más», admite ahora el dibujante, que ya tiene una experiencia como protagonista de una exposición.
«Yo tengo un amigo que se llama Saúl y que es follaco», subraya Alejandro, para hablar de esa muestra anterior. Sobra decir que el montaje se hizo en Fermoselle. Ahora, las gentes de la ciudad podrán comprobar también de primera mano lo que hace cada día su paisano volcado sobre el papel: «A quienes sean buenas personas, les digo que vayan a ver mi exposición. Les garantizo que los dibujos son geniales», se vende el creador zamorano antes de regresar al punto de partida y seguir a lo suyo: plasmarlo todo en la hoja.
«Buscamos que la cultura sea accesible»
La exposición que se inaugura este viernes a las 19.00 horas en el Centro Sociocultural Peromato se titula «Pasión por dibujar» y llevará al público, precisamente, ese «lenguaje artístico que gira en torno a espacios, objetos o edificios, con el toque personal de Alejandro usando la técnica pictórica de dibujo a lápiz». La muestra permanecerá abierta, hasta el 25 de noviembre, de lunes a viernes de 9.00 a 20.00 horas.
La responsable del área cultural del centro Peromato, Rebeca Mostajo, aclara que el espacio ubicado en la calle Puentica es, entre otras cosas, «una ventana para los artistas zamoranos» que busca que la cultura «sea accesible y llegue a la gente». Por ahí se entienden también los talleres de teatro, los cursos de escritura creativa y todas las actividades previstas para socializar, ayudar a los mayores en temas como la batalla contra la brecha digital o fomentar la creatividad.
«A raíz de una actividad suele salir otra», sostiene Mostajo, que descubrió a Alejandro a través de una conversación con otra usuaria y que ahora confía en que «el boca a boca» que tanto ayuda a su asociación sirva también para que los dibujos de este miembro de la saga de los Herrero cautiven el alma de los vecinos de su ciudad.