La Denominación de Origen Toro espera que el próximo año puedan comercializarse ya las nuevas categorías de vinos incorporadas por el Consejo Regulador hace ahora dos años. Se trata de vinos espumosos y dulces, tanto blancos como tintos estos últimos, que se podrán comercializar con el sello de calidad de la DO Toro. Los vinos espumosos se elaborarán siguiendo el método de elaboración tradicional, el «champenoise».
Las novedades las expuso el veedor del Consejo Regulador de Toro, Carlos Gallego, durante la cata celebrada en el Teatro Latorre con motivo de la Fiesta de la Vendimia en la localidad. La modificación se aprobó hace años, detalló Gallego ante los asistentes a la cata, pero las setenta bodegas que forman parte de la Denominación de Origen no han elaborado todavía vinos de estas categorías.
La incorporación de las nuevas categorías se aprobó a la par de la incorporación de las nuevas variedades de uva al sello de calidad de la marca toresana. Variedades de uva que son bastante minoritarias en las seis mil hectáreas de terreno que ocupa la DO pero que son lo suficientemente relevantes para formar parte de la denominación.
Estas nuevas variedades son la albillo real y moscatel de grano menudo, ambas con tradición en la zona y que ahora posibilitan la elaboración de vinos blancos y rosados amparados a la DO Toro, vinos que ya están en los catálogos de muchas de las bodegas y que ahora podrán estar bajo el amparo de la Denominación de Origen. De esta manera, las variedades amparadas a la DO Toro son la Tinta de Toro, variedad autóctona, Garnacha tinta, Malvasía castellana, Verdejo, Albillo Real y Moscatel de grano menudo.
Un nuevo abanico de posibilidades
El Consejo Regulador abrió así la posibilidad de calificar y comercializar como vino tinto amparado a DO Toro los vinos tintos mono varietales de la variedad Garnacha Tinta, en todas sus gamas (joven, joven roble, crianza, reserva y gran reserva) siempre que se elaboren con al menos el 85 % de uvas de la variedad Garnacha Tinta, y el resto, en su caso, deberá ser necesariamente, tinta de Toro. Esto abre un nuevo abanico de posibilidades y actualiza la DO a las tendencias de mercado.
Gallego destacó también la importante evolución de la Denominación de Origen a lo largo de los años, desde las cinco bodegas del inicio a las setenta de la actualidad, que despachan 18 millones de botellas al año. Una DO, apunta el veedor, en «constante evolución» y renovación, que «apuesta por el futuro» incorporando tendencias y variedades de uva para ampliar cuota de mercado.