En los pasillos del Teatro Ramos Carrión, un grupo de jóvenes mira, bromea, eleva la voz, señala y se entretiene mientras observa el panorama. Todos son adolescentes, o poco más, vienen de la Universidad Laboral y cursan un ciclo de mantenimiento en electromecánica. Su formación tiene fama de ofrecer salidas pero, entre dardos y bromas internas, ellos ya van mirando hacia el futuro con la inquietud de proporcionarse a sí mismos un empleo estable. Y la feria en la que están es un buen lugar para ir abriendo ese camino.
Así lo explican chicos como Sergio Rugero o Marcos Santos. Este último comenta que ha acudido al evento para «abrir la mente, saber lo que hay por ahí». El mundo laboral está cerca, «pero todavía hay mucho que descubrir». El joven cuenta todo esto en medio del revuelo que se la montado en la feria de empleo y emprendimiento que organiza la Cámara de Comercio de Zamora. Este año se han inscrito más de 800 personas, muy por encima de lo esperado, y el teatro es un hervidero de gente.
Es de lo que se trata, en el fondo, esta cita que aspira, básicamente, a conectar a las empresas con los futuros empleados, o incluso con los demandantes actuales. Además, aporta talleres, formación y consejos para la búsqueda. Todo, sin salir de las instalaciones del liceo y con el apoyo institucional de la Junta de Castilla y León. El gerente regional del Ecyl, Jesús Blanco, ha acudido personalmente a dejar claro ese respaldo.
Pero el eje de todo no son las autoridades, sino ese intercambio entre empresas y jóvenes. «Nosotros venimos a darnos a conocer», explica Raquel Prieto, de recursos humanos de Cerealto. Este negocio del sector de la alimentación emplea a unas 420 personas en la provincia y demanda distintos perfiles de operarios y técnicos: «Antes no era tan necesaria la promoción, pero ahora sí, porque tenemos más dificultades», constata la trabajadora, que confía en que esto sea «un granito de arena» que aporte a su causa.
En ese sentido, Prieto lo tiene claro: «Si después de esta feria nos conocen diez personas más, ya es un paso». Para la representante de Cerealto, lo que conviene captar ahora son «personas con ganas de trabajar». No interesa tanto el perfil, sino esa voluntad.
En la misma línea, desde un sector muy distinto, se manifiesta Beatriz Gamarra, de las residencias Domusvi: «Nos cuesta encontrar a gente que quiera trabajar», desliza la representante de la empresa, que alude a las dificultades halladas durante el verano, sobre todo en las zonas rurales: «Trabajamos con institutos para que la gente haga prácticas, ofrecemos formación, que vengan y lo conozcan todo, pero aún así es difícil», lamenta esta mujer que tiene claro que «la gente aspira a ser funcionaria».
Los stands más concurridos
De hecho, algunos de los stands donde se da información sobre empleo público están bastante concurridos. Por ejemplo, el de la Armada, que genera «un interés altísimo», según el cabo Marcos, que percibe que esa voluntad por acercarse viene sobre todo de los jóvenes «de las zonas interiores». Por ahí, muchos ven una salida que no encuentran en el sector privado.
Con todo, casi cada stand de la feria muestra actividad, con especial mención a las zonas con simuladores o al puesto de Gámez Studio y sus videojuegos. Al final, aunque el trabajo asome en el horizonte, también hay que buscar huecos para divertirse.