Circular por la Carretera de los Infiernos ha dejado de ser una tortura para los conductores. La Diputación de Zamora ha recibido ya las obras de reparación y mejora de la ZA-P-2233 en el tramo que más dañado estaba, merced a una inversión de 850.000 euros. «Se salda una deuda histórica», ha asegurado el presidente provincial, Javier Faúndez, que ha acudido a comprobar el estado de la calzada tras la intervención.
La actuación se ha desarrollado en el tramo de cuatro kilómetros comprendido entre los puntos 8,450 y 12,470 de la carretera, donde se han extendido 4.900 toneladas de mezcla bituminosa en caliente y 6.000 metros cuadrados de geomalla.
El tramo en el que se han ejecutado las obras presentaba un firme de riegos asfálticos «muy envejecido y muy deformado», que contaba con un ancho medio de 3,8 metros. En algunas zonas más salientes del desmonte se ha realizado un reperfilado del talud mediante excavación en roca.
Las obras han conseguido ensanchar la plataforma mediante la ejecución de una cuña de hormigón recubierta de malla antifisura a ambos lados de la carretera, para conseguir un ancho de 5,3 metros. También se ha ejecutado una cuneta transitable de hormigón en el lado interior, para la escorrentía del agua y que permite su tránsito.
Asimismo, se ha suavizado la curva existente en el kilómetro nueve mediante la ejecución de un terraplén, de manera que se evitará la limitación de longitud que actualmente tenía la carretera. Una vez ampliada la plataforma con este método, se ha extendido una capa de mezcla bituminosa de regularización y otra de rodadura, se ha repuesto la barrera de seguridad y se ha colocado nueva señalización vertical y horizontal.
Siguiente intervención
Próximamente, finalizarán también las obras de acondicionamiento y refuerzo que completan la ZA-P-2223 en el tramo de casi cinco kilómetros entre Almaraz de Duero y Villaseco del Pan, con un presupuesto de adjudicación de 798.647,73 euros.