La decimotercera edición del Festival de la Máscara en Zamora trae este sábado a la ciudad a treinta grupos procedentes de la provincia, de otros puntos de España y de Portugal. En total, la previsión del Patronato de Turismo es que acudan al desfile habitual unos 400 participantes, lo que sitúa a este evento cerca de las grandes reuniones de este tipo de tradiciones en la península, con Lisboa y Bemposta como referentes al otro lado de La Raya.
En esta ocasión, desde Zamora acuden los zangarrones de Sanzoles y Montamarta, los carnavales de Villanueva de Valrojo, el atenazador de San Vicente de la Cabeza, el pajarico y el caballico de Villarino tras la Sierra, el toro de carnaval de Morales de Valverde, la obisparra de Pobladura de Aliste, las danzas del paloteo de Tábara, los cencerrones de Abejera, el tafarrón y la madama de Pozuelo de Tábara, la vaca bayona de Almeida, la vaquilla y los cencerrones de Palacios del Pan, la fiera corrupia de Almendra, los carucheros de Sesnández y la filandora de Ferreras de Arriba.
Junto a los once grupos portugueses, los tres de Cáceres y el de León, los personajes zamoranos partirán a las seis de la tarde desde la plaza de la Marina rumbo a Viriato. Más tarde, compartirán una cena de confraternización que se ha movido a Ifeza tras las quejas del año pasado en el Ramos Carrión. Además, habrá más puntos con agua para los participantes, aunque no se espera el calor que golpeó a los asistentes en octubre de 2023.
Una exhibición conjunta
El responsable del Patronato de Turismo y del área de Cultura de la Diputación, Víctor López de la Parte, destacó en la presentación el «hermanamiento y el intercambio de conocimiento» de este tipo de citas, mientras que el presidente de Mascaraza, José Javier Sánchez, defendió la «exaltación del tesoro que tiene Zamora» con estas tradiciones antiquísimas que se exhiben en conjunto para mostrar unos personajes que, en muchos casos, salen a las calles de forma simultánea en los días grandes del invierno, como el 26 de diciembre o el 1 de enero.
Sánchez defendió el valor de la federación de mascaradas de la provincia como elemento para defender la supervivencia de las tradiciones frente al azote de la despoblación y reclamó, una vez más, el apoyo de los ayuntamientos para que la llama que se ha encendido «no se apague».