Ecologistas Zamora denuncia que la caza del ciervo haya comenzado este año «sin evaluar», aseguran, el impacto real de la EHE en la especie y coincidiendo, como cada año, con la época de la berrea. Durante las últimas semanas, dice el colectivo, «centenares d emachos de esta especie han sido abatidos en diferentes cotos y en la Reserva Regional de Caza de la Culebra, donde han aparecido muertos más de cien animales en las últimas semanas, aunque el problema parece ir remitiendo.
Ecologistas asegura que el modelo «únicamente busca la obtención de trofeos de grandes ciervos y olvida por completo la importancia de estos animales como reproductores». Además, «muchos machos», dicen las mismas fuentes, «se capturan sin que hayan podido copular con hembras», lo que «limita completamente la transmisión de su genética a las futuras generaciones».
«La situación se agrava si tenemos en cuenta que estos ejemplares aparecen brutalmente decapitados y convertidos en despojos, una situación que alarma a muchos vecinos de diferentes zonas de la provincia que, en los últimos días, han contactado horrorizados con esta organización.», apuntan las mismas fuentes.
Por otro lado, Ecologistas Zamora asegura que «resulta muy grave que la propia Junta haya permitido la caza de esta especie en las zonas afectadas por los incendios acaecidos en 2022 y que asolaron casi 60.000 hectáreas. Lo lógico hubiera sido prohibir esta actividad durante cinco años (como lo exige la legislación de Montes), favoreciendo así la recuperación de las poblaciones faunísticas afectadas por el fuego, pero la presión electoralista ha justificado, una vez más, la adopción de estas medidas inapropiadas».
6Una especie afectada por la EHE
Ecologistas Zamora asegura además que aún no hay datos rigurosos del impacto de la EHE en la especie y lamenta que el Servicio Territorial de Medio Ambiente haya mantenido los cupos de caza de ciervo establecidos meses antes. «Permitir la caza en un contexto de elevada mortalidad por enfermedades, supone una enorme irresponsabilidad porque la suma de las dos causas puede acarrear problemas graves en la población. Lo lógico y esperable, hubiera sido la adopción por la Junta de Castilla y León, de medidas prudentes, prohibiendo la caza y evaluando el impacto real de las enfermedades. Pero una vez más, las presiones electoralistas han tomado protagonismo frente a la coherencia y la protección de la biodiversidad», concluyen las mismas fuentes.