En una tierra en la que, durante décadas, la puerta de salida se quedó pequeña para asumir el volumen de gente que pretendía marcharse, existe un grupo de gente que ha mantenido irreductible, que no se ha movido y que ha vivido siempre en el mismo lugar. Al menos, a ojos de la estadística. Es decir, sin rastro censal que diga lo contrario. Los últimos datos demográficos publicados por el INE revelan que 62.054 vecinos de la provincia nunca han vivido en un municipio diferente al que habitan ahora.
Dicho de otro modo, más de un 37% de los vecinos de Zamora siempre ha estado en la misma ciudad, en el mismo pueblo o bajo el amparo del mismo ayuntamiento. Se trata de un porcentaje ligeramente superior a la media nacional. En España, casi 17,3 millones de personas se encuentran en la misma situación, lo que quiere decir que un tercio de los habitantes del país no ha conocido otra residencia formal que la que tiene. O eso, o su mudanza ha sido a la otra calle o el otro barrio (entendido, en este caso, sin metáforas fúnebres).
La estadística del INE también ofrece la posibilidad de observar esos datos por grandes grupos de edad. Lógicamente, no es lo mismo haber vivido siempre en el mismo municipio con cinco años que con una edad en la que el pelo ya clarea. Aquí, el foco se sitúa sobre los vecinos mayores de 65 años, los que parece más difícil que vayan a cambiar a estas alturas. En Zamora, hay 20.781 personas que rebasan ese listón y que nunca se han mudado a otro ayuntamiento que no fuera el que les vio nacer.
En esa circunstancia están también 29.367 personas de entre 16 y 64 años y 11.906 niños y adolescentes de hasta 16, según el INE, que habilita igualmente la opción de bucear entre los datos por municipios de más de 500 habitantes en Zamora. Un vistazo a esas cifras es suficiente para comprobar que los municipios del alfoz de la capital, los que más han crecido en los últimos años, son los que menos porcentaje de población «de toda la vida» tienen. Algo lógico, por otra parte.
Un caso paradigmático aquí es el de Roales, donde apenas un 15% de la población ha vivido siempre en la localidad. Son 155 personas. Pocas, si se tiene en cuenta que su censo ya rebasa los 1.000 vecinos. Las tasas se sitúan en el 22,7% en Moraleja del Vino; en el 18,2% en Morales; o en el 24,9% en Villaralbo, por citar algunos de los ejemplos de lugares próximos a la capital donde la tasa de habitantes inamovibles es más de diez puntos inferior a la media provincial.
Por encima del 50%
En el caso contrario, dentro de esos municipios superiores a los 500 habitantes, llaman la atención los ejemplos de San Cristóbal de Entreviñas (50,9%), Villabuena del Puente (50,6%), Riofrío de Aliste (49,9%) o La Bóveda de Toro (45,2%). En cuanto a la gente que ha vivido durante toda su vida en los tres grandes ayuntamientos de la provincia, la tasa se sitúa en el 41,1% en Zamora capital, en el 36% en Benavente y en el 40% en Toro.
La estadística del INE refleja también el lugar de residencia anterior del resto de los vecinos. Para 42.746 personas se trataba de otro municipio de Zamora, pero en este caso no se puede discernir si esos habitantes han permanecido siempre en Zamora o si previamente habían residido fuera. Esos mismos datos muestran que más de 7.200 personas se han mudado en algún momento, desde un país extranjero, directamente a la provincia.