Acabado el verano, con los pequeños halcones peregrinos que nacieron en Zamora ya fuera del «hogar familiar» y con los padres dispuestos a pasar el invierno, llega el momento de hacer balance de actividad. Y los datos demuestran que estas aves, cuyo asentamiento en Zamora tiene mucho que ver con el control de palomas, cumplen de sobra con su cometido.
Miembros de NaturZamora y SEO-Salamanca accedieron el pasado miércoles al tejado del edificio de los Nuevos Ministerios de Zamora, donde está ubicada la caja nido en la que criaron Brisa y Viento, para hacer el mantenimiento de la misma de cara a la nueva temporada. Momento que se ha aprovechado para limpiar los restos de presas y hacer balance de lo que las aves han consumido durante los últimos meses, y pueden encontrarse «unos datos muy satisfactorios». El noventa por ciento de las presas capturadas han sido palomas bravías (de la variedad doméstica que vive en la ciudad) y, según el número de cadáveres y el material que queda perdido alrededor del edificio, puede estimarse que los halcones han consumido aproximadamente 300 palomas.
El resto de la alimentación está compuesta por varias especies, siendo la más numerosa, después de la paloma, el estornino negro. Y hay hueco para las sorpresas, como tres codornices y un zampullín común/cuellinegro, aunque asegurar la especie a ciencia cierta es complicado con los restos que han quedado. Un ave acuática que, posiblemente, haya sido capturada durante los movimientos migratorios de los halcones, ya que no cazan aves acuáticas posadas en el agua. Con todo, asegura Alfonso Rodrigo, revisor para Zamora y Castilla y León de eBird España, que «lo más interesante es que las migraciones del zampullín se producen de noche, lo que da que pensar que nuestros halcones aprovechan la oscuridad también para cazar. Otras aves encontradas entre los restos emplumados han sido mucho más urbanas: tórtolas turcas, gorriones comunes, gorriones molineros, aviones comunes, vencejos comunes y pinzones vulgares. Unos datos que demuestran la utilidad de los halcones peregrinos como controladores de poblaciones de palomas domésticas en las ciudades.
La limpieza de los alrededores de la caja se ha extendido al tejado del resto del edificio, perteneciente a la Junta de Castilla y León, «cuya colaboración es imprescindible en este proyecto» al posibilitar el acceso al tejado. El proyecto cuenta también con el impulso del Ayuntamiento de Zamora, que financia la caja nido.
El próximo paso será volver a subir a colocar las piezas nuevas en la caja y esperar a que, a comienzos del invierno, Brisa y Viento vuelvan a su caja anidadera «para deleitarnos con una nueva pollada de halcones que enriquezcan, aún más si cabe, la valiosa avifauna de la ciudad de Zamora; una de las más amplias de todas la capitales de provincia del país», asegura las mismas fuentes.