Los municipios palentinos de la zona del Cerrato donde se está evaluando la posible reintroducción del lince han tomado ventaja respecto a la parte de los cañones del Duero de Zamora como territorio preferido para soltar a las primeras crías. Así lo han confirmado a este medio varias fuentes cercanas al proceso, que han aludido fundamentalmente a la respuesta social como elemento para desnivelar la balanza en favor de la provincia vecina.
Según esas mismas fuentes, en estos momentos, la acogida brindada a la idea por los pueblos palentinos y sus agentes sociales está siendo positiva, mientras que, en los cañones del Duero, existen reticencias palpables por parte de determinados colectivos, entre los que se encuentran grupos de cazadores y también alguno de los alcaldes de los municipios afectados.
Esa contestación no está siendo generalizada, según las personas cercanas al proceso, pero sí está generando el suficiente ruido como para alejar a Zamora de la posibilidad de contar con el lince a corto plazo. Conviene recordar que, ya en las primeras informaciones remitidas por la Junta a este respecto, se hablaba de «la actitud social» como uno de los elementos centrales a la hora de tomar la decisión.
De hecho, esa era una de las claves de esta fase, toda vez se había llevado a cabo un estudio previo para escoger a los territorios que podían ser candidatos para la reintroducción de la especie. En su día, los expertos ya trasladaron que, en este entorno, confluían «una calidad del hábitat adecuada y una presencia abundante de poblaciones de conejo».
Las zonas afectadas
En principio, ese territorio abarcaría a los ayuntamientos de Almaraz de Duero, Andavías, La Hiniesta, Muelas del Pan, Pereruela, Roales, Villaseco del Pan y Zamora, y tendría influencia en Carbajales de Alba, Fonfría, Losacino, Moral de Sayago, Palacios del Pan, San Pedro de la Nave, Videmala y Villalcampo. Es en algunos de esos lugares donde han surgido las voces discordantes que podrían retrasar o arruinar la llegada del lince, contra la postura de quienes estiman que no traería consecuencias negativas reseñables y sí supondría un empujón económico.
En su día, expertos como el biólogo Andrés González ya indicaron que el lince podría venir acompañado de «ecoturismo o turismo de observación», que suele dejar dinero en los territorios, más allá de otras consideraciones en torno a la presencia de este animal que, según las primeras estimaciones de otros conocedores de su realidad, como Ramón Pérez de Ayala, podría desembarcar en Castilla y León en el próximo invierno.
Las perspectivas que se manejan ahora es que podría hacerlo en Palencia, aunque no sería descartable que Zamora pudiera entrar en una siguiente fase. Las personas que están participando en el proceso entienden que el territorio sigue siendo bueno para la llegada del lince y que se trata de ir limando asperezas con las personas que se han posicionado en contra, aunque algunas de ellas lo han hecho de un modo poco flexible.
Por lo pronto, los implicados en la causa siguen trabajando en el proceso de reintroducción, a la espera de que se produzca una decisión definitiva.