El acoso escolar es un problema más serio que el que marcan las estadísticas. Sucede a nivel general y sucede también en Zamora, donde los datos oficiales indican que en el último curso analizado, el 2022/23, hubo solo dos casos en la provincia. Así lo creen desde la Asociación Zamorana contra la Violencia, Azavi, agrupación que cuenta con un plan de sensibilización y prevención contra el acoso escolar. El tema, basta recordar, ha recobrado actualidad después del caso denunciado por una alumna del colegio de Morales del Vino, en el que Educación no aprecia que se esté llevando a cabo ningún abuso.
Mila Rueda forma parte de Azavi, es psicóloga y se muestra tajante cuando es preguntada por el tema. “No es verdad evidentemente que haya tan pocos casos en Zamora, lo que sucede es que es un problema que se silencia” por parte de las familias, de los propios críos afectados e incluso del propio sistema educativo. “Los centros, por lo general, no quieren que se hable de acoso dentro de sus aulas. A ningún centro le interesa que los casos salgan a la luz. Hay buena voluntad para resolverlos, pero se intenta hacer sin levantar ruido”, apunta la psicóloga.
El acoso, apuntan desde Azavi, va más allá de lo que reflejan las estadísticas o lo que es considerado como tal en los informes oficiales que realiza la inspección educativa. “Hablamos de timidez, de niños que no quieren jugar… Puede que tengamos que redefinir el acoso, y hablar de ello con los niños desde niveles muy tempranos, desde tercero o cuarto de Primaria” para poderlo erradicar.
Precisamente para hablar del acoso escolar Azavi llevaba a cabo, hasta el primer trimestre del año pasado, una serie de charlas en los institutos zamoranos dirigidas fundamentalmente a niños de primero y segundo de la ESO. Charlas que “en muchos casos te permitían ver que en las clases pasaba algo”, con temas tan sutiles como “el niño que baja la cabeza y calla cuando estás hablando de determinados temas, que no quiere mirar” a las personas que hablan sobre acoso escolar. “La experiencia nos dice que ese niño lo está pasando mal. Que a lo mejor no es acoso en el modo en el que se entiende, porque no sea continuado o no haya una violencia directa, pero lo está pasando mal. Y ahí hay que actuar”, apunta Mila Rueda.
Sobre los cursos, la actividad de Azavi en los institutos ha desaparecido sin que en la asociación encuentren una explicación plausible. Durante años se impartieron charlas sobre acoso escolar, con buenos resultados, en el Poeta, Río Duero, Claudio Moyano, Maestro Haedo, María De Molina, Corazón de Maria, Amor De Dios, Virgen del Rocío, Alfonso IX… y el año pasado se comenzó impartiendo charlas a niños de quinto y sexto de Primaria con la misma temática para atajar en fases incipientes un problema que suele darse antes de la Secundaria. El programa se cortó de raíz en el primer trimestre y no se ha recuperado, tampoco este año.
Azavi intenta ahora trabajar el tema fuera de las aulas, con los padres, pero el impacto no es ni mucho menos el mismo. De hecho, una charla celebrada en La Alhóndiga a finales del curso pasado congregó la asistencia de menos de quince personas. “Un chasco”, reconoce Rueda, que aboga por volver de una manera u otra a las aulas para tener un trato más cercano con los niños.
Por su parte, la concejala de Educación y Formación, Juventud y Patrimonio, Sara de la Higuera, asegura que el Ayuntamiento se encuentra trabajando en estos momentos en varias actividades con la temática del acoso escolar como telón de fondo, dirigidas tanto a padres como a niños. “Estamos manteniendo reuniones con la FAPA para intentar cuadrar fechas y ponentes con la idea de aumentar la formación sobre este asunto”, recalca la concejala.