Zamora va camino de cerrar el peor año en lo relativo a accidentes de tráfico con víctimas mortales de la última década. A falta todavía de cuatro meses para que termine el año, meses en los que las víctimas mortales todavía podrían aumentar, las carreteras zamoranas contabilizan 19 fallecidos en lo que va de 2024. Son muchos, muchos más de los registrados en años anteriores. Y esto contando solo los fallecidos en accidentes de tráfico en las carreteras y sin incluir en el cómputo fallecimientos como el de la joven de Toro que perdió la vida cuando cruzaba por una calle de la localidad.
Los datos que elabora la propia Dirección General de Tráfico son tajantes. Zamora registró durante el año pasado un total de doce fallecimientos en las carreteras durante todo el año, cifra que este año ya se ha superado de forma holgada antes de entrar en el último periodo del ejercicio. También se han superado los datos del año 2022, cuando se registraron 17 fallecimientos en las carreteras como consecuencia de los accidentes de tráfico.
De la serie histórica más reciente, la de la última década, el peor año fue el 2017, cuando se registraron 22 fallecimientos entre enero y diciembre. Cifra que este año, de continuar la provincia con la tendencia de los últimos meses, podría superarse. En el extremo contrario, el año con menos accidentes mortales de la serie histórica reciente fue, lógicamente, el año del confinamiento: el 2020. La reducción de la movilidad que impuso el coronavirus tuvo su reflejo más directo en la reducción de víctimas mortales en las carreteras de la provincia: solo se registraron siete fallecimientos.
Las cifras, reconoce el subdelegado del Gobierno en Zamora, Ángel Blanco, preocupan. De hecho, centraran la reunión que se celebrará, el próximo día doce de septiembre en la Subdelegación del Gobierno, con responsables del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Zamora. «Estamos haciendo todo lo posible para que esta situación cambie, pero tenemos que ver qué más podemos hacer», reconocía el propio Blanco en una comparencia para informar del último accidente con muertos, el registrado el lunes en la A-66 en el término municipal de Morales del Vino. «Las cifras de letalidad de las carreteras de Zamora son inasumibles», añadía el subdelegado.
Zamora es una de las provincias, con los datos de la Dirección General de Tráfico en la mano, que aumenta la siniestralidad con accidentes mortales en carretera si se comparan los datos de 2023 (el último ejercicio cerrado) con los de 2019, el último año antes de la pandemia. Entre ambos periodos se registró un incremento de las muertes del nueve por ciento en la provincia de Zamora, por encima del dato general, del cuatro por ciento.
Puntos negros
Según los datos del RACE, el tramo más peligroso de las carreteras de la comunidad autónoma se sitúa entre el puente de La Estrella y Pozuelo de Tábara, en la Nacional 631. En la lista de puntos negros está también la N-122 entre Fonfría y Alcañices, un habitual de los accidentes de tráfico, y la N-630 al norte de Benavente. La N-122 en el otro sentido, entre Coreses y Fresno de la Ribera, es un tramo conflictivo que también suele salir mal parado de las estadísticas.