Para iniciar su explicación, José Ángel Rivera de las Heras se ha ido a finales del siglo XV: «Un viajero alemán subió a la torre de la Catedral de Zamora y contó que, desde allí, vio un panorama impresionante. Es justo que ahora los vecinos y los turistas de esta época también puedan observarlo», ha señalado el responsable de Patrimonio del templo de San Salvador durante la rueda de prensa que ha servido para avanzar algunos de los detalles sobre las obras que permitirán el acceso a las cubiertas y a otras dependencias del monumento.
En una comparecencia celebrada en la propia Catedral, el propio Rivera de las Heras ha ofrecido explicaciones del proyecto junto al deán de la Catedral, Juan Luis Martín; el arquitecto de la obra, Claudio Pedrero; el concejal de Turismo del Ayuntamiento de Zamora, Christoph Strieder; y el director general de Caja Rural, Cipriano García. Todos ellos han aportado algún dato, pero quizá el más relevante es que los trabajos han de estar culminados durante el año 2025. Eso sí, no dará tiempo a llegar a las Edades del Hombre.
Las previsiones señalan que el proceso de licitación previo a la ejecución de la obra durará en torno a cinco o seis meses. A partir de ahí, los trabajos se ejecutarán en otros nueve. Es decir, todo estará rematado en el próximo otoño, cuando las Edades del Hombre ya estén en su recta final. De hecho, el objetivo no es tanto alcanzar ese evento como llegar a tiempo para el cierre del próximo ejercicio. Ir más allá implicaría la pérdida de más de 300.000 euros de fondos europeos en un proyecto que cuesta 765.000. Nadie quiere oír hablar de ese escenario.
En esa línea, Juan Luis Martín ha repasado los antecedentes de un proyecto que ha sufrido una cierta demora por el modificado que ha exigido Patrimonio y que está siendo «horroroso» desde el punto de vista de los trámites, según ha admitido también el arquitecto. Pedrero ha sido el encargado de poner sobre la mesa algunos de los detalles sobre lo que va a suponer la obra, que básicamente «consiste en adecuar las cubiertas para las visitas».
Las personas podrán acceder desde el patio a la llamada casa del campanero, donde se ubicará el control y se iniciará la subida a los recorridos por las cubiertas. Los grupos, que podrán ser de hasta 60 personas, accederán por las escaleras o a través de un elevador que alcanzará dos niveles. Para el siguiente, se instalará una plataforma. «Uno se va a poder acercar a la zona del cimborrio, pero con recorridos delimitados», ha remarcado Pedrero, que ha defendido también el valor de la cámara del primer piso de la torre, tan «espectacular» como «desconocida» y que también se podrá contemplar.
Es aquí donde Rivera de las Heras aspira a que la Catedral cuente con un centro de interpretación «donde se vaya viendo la evolución histórica de la arquitectura del edificio». Ya en un segundo cuerpo podría haber paneles con referencias al paisaje que se puede ver desde arriba, y la última parte podría ir destinada a explicar el toque de campanas. Eso sí, esta idea aún no está ni siquiera por escrito, sino que es algo «que se va concibiendo y perfilando».
El papel de Caja Rural
A los 335.000 euros de fondos europeos, los 305.000 del Ayuntamiento y los 125.000 del cabildo habrá que sumar también la inversión de ese futuro centro de interpretación, la adecuación y la limpieza de las cubiertas y el acondicionamiento de la parte del cimborrio. Ahí es donde entra Caja Rural: «Queremos echar una mano para ayudar en este proyecto tan importante que supone la puesta en valor de algo intrínseco de Zamora», ha defendido Cipriano García en su explicación del papel de la cooperativa de crédito.