Era lunes y había temor: miedo a que el calendario, las obligaciones laborales y otros asuntos empequeñecieran uno de los días grandes para Porto de Sanabria. Pero no: «Nos hemos visto desbordados», admitió horas después el alcalde, Francisco Blanco, tras una nueva edición de la muestra de ganado vinculada a la raza alistana-sanabresa, una familia vacuna que tiene en este pueblo su gran hogar y que resiste con 35 profesionales y 2.300 cabezas repartidas por todo el país, muchas concentradas en la provincia y varias en este rincón de la Alta Sanabria.
La feria, que se mantiene firme en el 26 de agosto independientemente de que el fin de semana pudiera resultar más atractivo para el visitante, volvió a demostrar que tiene un público fiel, tanto profesional como aficionado. Blanco concedió que la asistencia mermó ligeramente en relación a los años en los que la fecha coincide en una jornada no laborable, pero insistió en calificar de «bastante bueno» el balance del día.
El mandatario portexo explicó que «uno de los alicientes principales» pudo haber sido la «atracción» del arrastre de piedra por parte de los bueyes. Se trata de la exhibición de uno de los trabajos tradicionales llevados a cabo por los ejemplares de la raza alistana-sanabresa, considerado como deporte en algunas zonas del norte de España.
La presencia imponente de los bueyes y la puesta en práctica de esta tarea destacaron en una muestra que incluyó, como ocurre desde hace 21 años, el concurso morfológico nacional y también una degustación de carne de la raza y la rifa de dos chuleteros, más allá de la presencia de los puestos.
En cuanto a la cifra de animales, la feria se quedó ligeramente por debajo de los 200, aunque el número resultó «suficiente» para considerar «exitoso» un evento que, según el alcalde de Porto, contó además con el viento a favor de un día «fabuloso» en la Alta Sanabria.
Los premios del concurso
En cuanto a los premiados, en la categoría de semental, el galardón principal fue para Emilio Riesco; en reproductoras, para Óscar Puente; en novillos, para una ganadería de Castromil: en novillas, para una de Andavías; y en terneros, para otro profesional de Castromil.
En lo referente a los premios principales, el mejor lote, patrocinado por el Colegio de Veterinarios, fue para Alberto Hernández, de Andavías; el mejor ejemplar, otorgado por Cobadu, para Óscar Puente, de Tábara; y la mejor ganadería, a cuenta de Caja Rural, para Paulina Fernández, de Villanueva del Campo.