Los ganaderos zamoranos han iniciado ya la vacunación de sus vacas contra la enfermedad hemorrágica epizoótica. Diferentes ganaderías de la comarca de Sayago han pinchado ya a sus animales para protegerlos contra la enfermedad y otros esperan su turno para hacerlo en los próximos días. El sentir mayoritario del sector es de cierto alivio por la habilitación de la vacuna, que los proveedores ya ofrecen a los ganaderos. Algunos, con todo, se resisten, pues el remedio todavía no está probado sobre el terreno y la incertidumbre es grande.
Esta es la buena noticia. La mala es que la EHE se extiende por la provincia de forma prácticamente homogénea. A las cuatro explotaciones sanabresas que hicieron que se declarara el foco en la comarca a comienzos del mes de agosto se ha sumado la Unidad Veterinaria de Alcañices, que indica que también hay casos en Aliste. En Salamanca hay un foco en Ledesma y en Sayago la presencia de la enfermedad en las vacas se da, otro año, por sentada. De hecho, los veterinarios analizan la muestra de una vaca que muestra síntomas de la enfermedad.
En la provincia, y en concreto en la zona más colindante con Salamanca (Sayago y La Guareña), el sentir general actual es de incertidumbre. Los ganaderos recuerdan que los primeros casos del año pasado se detectaron a mediados del mes de agosto y la sensación es que «se va a repetir el mismo patrón» que en el año 2023. El verano pasado la presencia del virus fue intensa en el sur y más suave en el norte de Zamora, donde apenas se detectaron casos. Este año ha sido al contrario y los primeros positivos han llegado de Sanabria.
Celeridad y métodos de diagnóstico adecuados
En Salamanca, donde hay más casos, la Asociación de Ganaderos «19 de abril», que ya tiene también miembros en Zamora, asegura que la clínica parece de momento más suave que la registrada el año pasado, pero siguen dándose casos graves y autolimitantes, con secuelas graves y mortalidad.
«Los síntomas de EHE se manifiestan de forma clara en el ganado vacuno y son evidentes para veterinarios y ganaderos, pero, sin embargo, los Servicios Veterinarios Oficiales apenas confirman casos positivos. Valga como ejemplo la provincia de Salamanca en la que, según datos de mediados del mes de julio, de todas las comunicaciones de casos de sospecha de enfermedad y muertes declaradas, tan solo se había confirmado un caso como positivo, algo que llama sorprendentemente la atención», apuntan las mismas fuentes.
Desde la asociación piden tanto al Ministerio como a la Consejería «que los métodos de diagnóstico se ajusten a la realidad del campo y sean capaces de determinar tanto casos activos como secuelas de casos anteriores, pues ambos ponen en riesgo la viabilidad económica de las explotaciones, ocasionan importantes pérdidas económicas por la aplicación de tratamientos veterinarios, pérdidas de producción, mortalidad y utilización de desinsectantes en animales e instalaciones».
Se pide, además, celeridad, porque en ocasiones los veterinarios tardan días en llegar a la explotación ganadera con casos sospechosos y, «si en ese transcurso de tiempo el animal muere, ya no se toman muestras». Por último, la agrupación recuerda a los propios ganaderos la importancia de declarar todos los casos sospechosos.
El caso de la cierva en Sanabria
Los trabajadores de Medio Ambiente de Zamora recogieron durante la tarde del jueves a la cierva que, en la comarca sanabresa, daba síntomas de tener la EHE. Los forestales cogieron muestran del animal en el lugar antes de llevarla a los servicios veterinarios, donde se analiza qué le pasa y se intentará que el animal se recupere para volverlo a soltar.