En la puerta, expectación y los rostros inquietos de algunos de los supervivientes; en el interior, los recuerdos de una tragedia que marcó a un pueblo y a una comarca. El Museo de la Memoria de Ribadelago ha abierto sus puertas este miércoles. Lo ha hecho 65 años después de la catástrofe que causó la muerte de 144 personas en una localidad arrasada por la rotura de la presa de Vega de Tera el 9 de enero de 1959. Para muchos, este espacio de homenaje llega tarde, pero al menos se ha hecho realidad cuando algunos de quienes padecieron el horror en directo aún pueden verlo.
La afluencia de gente a la inauguración ha provocado que el acto protocolario haya tenido lugar en la entrada del museo, antes de que las autoridades y el resto de los vecinos pudieran visitar las dependencias. El encargado de tomar la palabra en primer lugar ha sido el alcalde de Galende, José Manuel Chimeno, que ha agradecido la implicación de la Diputación a la hora de pagar la reforma y que ha destacado la necesidad de «mantener siempre vivo» el recuerdo de lo que sucedió.
«Ribadelago existió, existe y seguirá existiendo», ha remarcado Chimeno, que ha expresado su compromiso por seguir ampliando, de la mano de la institución provincial, este espacio que ha abierto sus puertas con una muestra de pintura de María de León y Sanabria, una exposición de fotografías del municipio y los paneles con datos e imágenes de la tragedia que ya se pudieron ver en el 50 aniversario de los hechos en lugares como el Museo Etnográfico. Lo nuevo se irá añadiendo en los próximos meses.
En esa línea, Chimeno ha agradecido la aportación de los miembros de la Asociación Hijos de Ribadelago, que serán precisamente quienes se encarguen de abrir el museo durante estas semanas de agosto, para aprovechar el tirón del verano. A partir de ahí, está por ver de qué modo se mantiene vivo este espacio hasta que el acuerdo entre el Ayuntamiento y la Diputación permita fijar unos horarios más concretos.
La voluntad, en todo caso, es de darle continuidad a la actividad en el Museo de la Memoria, según ha constatado el vicepresidente primero de la Diputación, Víctor López de la Parte, también presente en el acto: «Son más de 368.000 euros de inversión, y este será el comienzo para una serie de proyectos en este lugar», ha explicado el responsable político, que ha subrayado la idoneidad de mostrar enseres, documentos y fotografías que recuerden lo que pasó: «Estas negligencias no pueden volver a ocurrir», ha defendido el dirigente público, que se ha acordado de su predecesor en el área de Turismo y Cultura, Jesús María Prada, también allí, y del expresidente Francisco José Requejo.
65 años de espera
Ya en el interior del museo, que cuenta con dos plantas, una exclusivamente dedicada a los paneles vinculados a la tragedia y otra que combina estos recursos con la fotografía y la pintura, el arquitecto responsable de la obra, Francisco Somoza, ha indicado que el museo es «un homenaje y un recuerdo permanente a la noche terrible que se llevó por delante 144 vidas y el corazón de todos los sanabreses y de muchas más personas».
Somoza ha reiterado la pertinencia de que este sea «un museo vivo y una plataforma de reivindicación permanente de aquel recuerdo y del esfuerzo tremendo que todos los supervivientes han hecho» por salir adelante tras una catástrofe que «alteró el equilibrio natural» de la comarca. «La gente protagonista de este asunto lleva 65 años esperando», ha constatado el arquitecto, antes de que algunos de los que aguardaban con ansia el momento pusieran un pie por primera vez en el recinto.