El incendio forestal desatado en la localidad portuguesa de Angueira está ya definitivamente bajo control a ambos lados de La Raya después de arrasar una extensión de terreno de unas dos mil hectáreas. El fuego se recrudeció a primera hora de la tarde de ayer después de que los medios portugueses lo dieran prácticamente por controlado antes del mediodía del domingo.
Las fuertes rachas de viento acercaron el fuego a la frontera con la provincia de Zamora y pusieron en guardia a varios municipios de Aliste, principalmente a los más cercanos a Portugal. Moveros, Ceadea y Vivinera eran los pueblos en los que se temía que entraran las llamas, como así sucedió a última hora del domingo cuando el fuego se reprodujo, como esperaban los medios de extinción, en Vivinera.
En España, sin embargo, su ferocidad ha sido menor a la mostrada en Portugal, precisamente por el despliegue de medios previo puesto en marcha por la Junta de Castilla y León y por el Estado. Hasta cuarenta medios trabajaban a última hora de la tarde de ayer en la zona para que el fuego no siguiera avanzando. Todavía en la tarde del lunes se registra bastante movimiento enlaces en la zona española, centrado en intentar que las llamas no se reactiven. Participan ocho cuadrillas terrestres, ocho autobombas, otros tantos bulldozers, tres BRIF y dos ELIF, además de varios medios aéreos.
Las imágenes por satélite muestran que todavía hay puntos calientes cerca de la frontera, pero van tendiendo a enfriarse con el paso de las horas. Sucede lo mismo en territorio portugués. Lo peor se lo llevó el municipio de Sao Martinho de Angueira, donde el fuego entró y afectó a algunas viviendas. Se produjeron además cortes de carretera. En Zamora, el fuego ha estado siempre lejos de los núcleos de población.
Incendio en Montesinho
Portugal lucha también por controlar otro incendio cerca de la frontera con Zamora, registrado en las inmediaciones de Bragança, en el parque de Montesinho. Sigue activo, pero las imágenes satelitales muestran también que la presencia de puntos calientes ha ido a menos con el paso de las horas, lo que invita a pensar que el avance de las llamas está controlado.