La iglesia de la Presentación de Nuestra Señora es una de las joyas de Torrefrades. El templo, en el centro de la población, forma parte de la ruta de los murales de la zona, pues cuenta en su interior con una serie de frescos del siglo XVI de importancia en el arte sacro de la zona. Unos murales que, por el mal estado del templo, corren peligro. La iglesia tiene humedades, más que goteras, porque en el propio techo se observan agujeros por los que entra el agua. Y uno de ellos vacía directamente sobre una de las pinturas. “Una pena, hay que arreglarlo”, asegura Héctor Galán, el párroco del pueblo.
En la iglesia se localizan pinturas murales visibles en el primer tramo de la nave: en el muro del Evangelio y ambos muros laterales y dentro del arco triunfal. Es posible que el conjunto sea más amplio pues aún hay zonas encaladas y ocultas tras retablos de talla. En general, la temática representada refiere a santos protectores y a la Pasión de Cristo.
El paramento del arco de Gloria se organiza en dos registros donde se muestran episodios de la vida y martirio de Santa Catalina de Alejandría, y en el lado contrario Entierro de Cristo en el sepulcro y el martirio de San Sebastián. Completan las representaciones de esta zona una cabeza femenina, mural este en lo alto del paramento izquierdo. Santa Lucía, Santa Inés o la Conversión de Hermógenes adornan también las paredes del templo.
“El tejado tiene una necesidad grande, prácticamente hay que renovar toda la cubierta y cambiar la teja para solucionar el problema”, explica el párroco. La obra se hará, pero nadie se atrave a hablar de plazos. El obispo pudo comprobar de primera mano el estado de la iglesia en la visita pastoral de hace unas semanas. Torrefrades espera ahora la visita del vicario general, que hará una evaluación de las necesidades de la parroquia, y del arquitecto del Obispado, que determinará cómo se ejecuta la obra.
La iglesia goza de gran fama en la zona y, pese a que tiene humedades y goteras, está abierta al culto y a cualquiera que quiera visitarla. Forma parte de la Ruta de las pinturas murales de las iglesias de la Raya, donde también se encuentran las de Piñuel, Carbellino (que tiene los murales en mejor estado de los que hay en la zona), Villar del Buey y Muga.