Incluso en ciudades pequeñas y teóricamente baratas como Zamora, el mercado de la vivienda empuja a los jóvenes a vivir en pareja o a compartir piso con otras personas si quieren emanciparse del hogar familiar. Los datos del último Observatorio de la Emancipación Juvenil, que son relativos al cierre del ejercicio pasado, indican que los trabajadores de menos de 36 años tendrían que ganar prácticamente un diez por ciento más de lo que ganan (como término medio) si quieren vivir solos sin endeudarse más de lo recomendable.
Vivir en pareja se antoja, así, como la solución para las personas que quieren salir de casa de sus padres sin endeudarse sobremanera en el intento. Los datos del observatorio son, en este sentido, halagüeños, pues indican que los hogares jóvenes ganan un 40% más de lo que necesitarían para no sobrepasar límites razonables a la hora de endeudarse o pagar un inmueble.
El observatorio incide, además, en que la situación va a peor. De hecho, los ingresos necesarios para que un joven pueda vivir solo en la capital zamorana han crecido casi un treinta por ciento en el último año como consecuencia del encarecimiento de los tipos de interés (para hipotecados), de los alquileres (para los inquilinos) y de los suministros de la vivienda (para todos). Zamora es, de hecho, la segunda provincia de la comunidad donde más ha subido este indicador, solo por detrás de Segovia.
El hogar joven destina, como media, el 23% de sus ingresos al pago de la vivienda y de los suministros asociados a ella, un porcentaje llevadero teniendo en cuenta que los expertos hablan de un máximo del treinta por ciento de los ingresos netos mensuales. El porcentaje sube de forma importante en el caso del trabajador joven asalariado que se emancipa, que destina a pagar su casa más del cuarenta por ciento del dinero que entra en su cuenta bancaria.
El caso de las hipotecas
Los datos muestran que pagar una hipoteca puede ser más cómodo para jóvenes asalariados y para parejas que hacer frente a un alquiler, lo que convertiría la opción del inmueble en propiedad en la más inteligente, económicamente hablando (no habla el Observatorio, eso sí, del coste del acceso a la propiedad, que puede rondar el veinte por ciento del inmueble que se quiere comprar y que obliga a tener un colchón de ahorro previo bastante importante). Los hogares jóvenes destinan el 18% de sus ingresos a la vivienda si tienen que pagar el préstamo al banco y una persona sola pagar algo más del treinta por ciento de lo que gana.
La opción de compartir, la más económica
Poca gente comparte piso porque sea su opción predilecta. Si se hace, suele ser una cuestión meramente económica, y los datos avalan esta afirmación. Un asalariado que comparta piso destina a los servicios de la vivienda y al propio inmueble menos del viente por ciento de sus ingresos mensuales. Con mucho, esta es la opción más económica.