Isabel Blanco es la nueva vicepresidenta de la Junta. Cinco años después de su breve experiencia como diputada nacional, y tras regresar a Valladolid enrolada en el proyecto de Alfonso Fernández Mañueco, la ingeniera de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad de Cantabria alcanza el puesto como número dos del Gobierno regional, el mismo lugar al que llegó en su día Rosa Valdeón y que más tarde han ocupado dirigentes como Francisco Igea y Juan García-Gallardo.
Blanco mantendrá, además, su cargo como consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, el que la ha catapultado a nivel político como una de las mujeres con más proyección del Ejecutivo autonómico. No en vano, el Gobierno de la Junta presume habitualmente de la calidad de sus servicios sociales y la zamorana siempre se ha mantenido firme en sus planes, a pesar de que la convivencia con Vox ha sido compleja desde varias ópticas, empezando por las políticas vinculadas a la igualdad y a la lucha contra la violencia machista.
Curtida en la gestión de las residencias durante la pandemia. y con cada vez más poder a nivel interno en el Partido Popular, Blanco ha llegado hasta aquí, al igual que Leticia García, después de una trayectoria como trabajadora pública. Sobre todo, en el área de Obras de la Diputación Provincial, donde se estrenó en diciembre de 1999 y se mantuvo hasta febrero de 2016.
Para entonces, ya había iniciado su trayectoria como procuradora en las Cortes. Primero, con un perfil bajo y, más tarde, con un creciente empuje que la llevó a encabezar la lista del PP de Zamora en las Elecciones Generales de abril de 2019, las de la legislatura corta que desembocó en una repetición. Ella se marchó antes de tiempo para convertirse en consejera e ir ganando poder en el equipo de Mañueco.
Una «legislatura corta» por delante
Ahora, cinco años después de su regreso a Valladolid, Blanco se sitúa un peldaño por debajo de la Presidencia, como la mujer escogida por el máximo mandatario autonómico para impulsar políticamente la nueva etapa de la legislatura, la del Partido Popular en solitario y en minoría, y con un escenario que conduce a las urnas, como muy tarde, en año y medio.
Presumiblemente, ese nuevo rol la alejará de su papel actual como «consejera de Zamora», una tarea que cabe esperar que le sea encomendada a su amiga Leticia García, la nueva responsable de Industria, con quien mantiene una relación estrecha.