El Gobierno de Castilla y León podría sufrir cambios en las próximas horas ante el desacuerdo expresado por Vox sobre la decisión de acoger menores migrantes en la comunidad autónoma. El riesgo de ruptura de la formación ultra con los populares existe en el resto de las regiones donde ambas organizaciones cogobiernan, pero la situación aquí se antoja particularmente tensa, a juzgar por los mensajes trasladados por el aún vicepresidente Juan García-Gallardo.
El responsable autonómico de Vox publicó anoche un breve texto en sus redes sociales en el que manifestó lo siguiente: «Nos traicionaron en la defensa del derecho a la vida. Nos han traicionado colaborando con las mafias ilegales del tráfico de personas. Nuestra generosidad ha sido infinita, a pesar de los incumplimientos del pacto. Por respeto a mi partido, informaré sobre mi decisión después del comité ejecutivo nacional de Vox».
Gallardo hizo referencia a la polémica sobre el aborto que estalló a comienzos de 2023 y que ya puso en jaque la convivencia entre los dos socios, y también ahora a este reparto de menores que, para Vox, supone «una ruptura de los pactos regionales».
Por lo pronto, y a la espera de ver cómo se desarrollan las próximas horas, Vox ha convocado a su comité ejecutivo para las seis y media de la tarde de este jueves. Se entiende que ese movimiento busca fijar una posición común para las cinco autonomías en las que el partido tiene un acuerdo de coalición con los populares.
Elecciones o Gobierno en minoría
Cabe destacar que Castilla y León es la comunidad en la que la coalición acumula un bagaje más amplio, habida cuenta de que las elecciones se celebraron en febrero de 2022 y no en mayo de 2023, como en casi todas las demás autonomías. Eso quiere decir que aquí la legislatura habría de durar año y medio más. Incluso, podría hacerlo con un Gobierno del Partido Popular en minoría.
En principio, una hipotética ruptura del pacto PP – Vox no conduciría directamente a las urnas, sino que el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, también tendría la posibilidad de reestructurar su Gobierno para tratar de llegar al final del ciclo de cuatro años con un modelo de gestión monocolor, que lógicamente contaría con la debilidad de perder la mayoría en las Cortes.