El problema con la depuradora de agua de Grisuela, que tiene a los vecinos de la localidad sin poder beber agua del grifo desde el pasado 28 de junio, se solucionará «entre hoy y mañana». Así lo confirma el alcalde de Rabanales (municipio al que pertenece Grisuela), Santiago Moral. Asegura el regidor que el problema «ha sido un fallo puntual del cuadro eléctrico» que ha tardado en solucionarse porque «imprevisiblemente han tenido que pedir la pieza y han tardado más de lo esperado».
Moral censura que el representante de Zamora Sí en el Ayuntamiento, Juan José Caballero, «no preguntara por el asunto en el Pleno» celebrado en la jornada del martes y después «mande una nota de prensa. Si hubieran preguntado se les habría dicho que el problema se iba a solucionar» de manera inminente, asegura el propio alcalde, que va más allá. «Es curioso que el líder de Zamora Sí, anterior alcalde de Rabanales, tuviera varias notificaciones de Sanidad sobre la mala calidad del agua y no dijera nunca nada, poniendo en riesgo a vecinos vulnerables».
Caballero indica por su parte que el Pleno celebrado el martes era extraordinario, sin posibilidad de preguntas. «Con todo, el alcalde tiene por costumbre responder preguntas hasta tres meses más tarde, así que realizar preguntas en los plenos carece de sentido» vista esta práctica, añade el representante de Zamora Sí.
Con todo, las críticas llegan por la tardanza del Ayuntamiento en establecer una solución para los pueblos, que llevan ya más de doce días sin acceso al agua potable sin que haya llegado a sus domicilios un camión cisterna o se haya habilitado una depuradora portátil, algo que habitualmente se hace con celeridad.
El pueblo no tiene tiendas, no hay depuradora portátil instalada y no ha aparecido por allí camión cisterna alguno. «La gente se está organizando para ir a por garrafas a fuentes de Boya o de Villardeciervos» y traer agua para varios vecinos en el mismo viaje. En el municipio, indica Juan José Caballero, pasó algo similar a finales del año pasado, en este caso en la localidad de Rabanales. «El Ayuntamiento ahí llevó garrafas al día siguiente e instaló una depuradora portátil a los dos días. Aquí no ha venido nadie, esto es tercermundista», apunta.