«Nosotros somos los que estamos aquí todo el año, lo que necesitamos es que ahora la gente nos eche una mano». Para los negocios de los pueblos de la provincia el verano es una época fundamental, que concentra buena parte de la facturación anual. Se amplían las horas de atención al público, se contrata mano de obra para atender la demanda extra y se abre prácticamente todos los días de la semana. Por eso, los comercios piden a los propios residentes en los pueblos y a los zamoranos emigrados que durante estas semanas llegarán que fomenten el consumo local «si el año que viene, cuando vengan, quieren encontrarse otra vez la tienda abierta».
Este es el espíritu de la campaña lanzada por la asociación Criosanabria, que implica a un buen número de comercios en la comarca y que busca, indican sus responsables, «crear consumidores responsables que valoren los productos locales y los pequeños establecimientos de proximidad. Estos comercios no solo ofrecen un trato más humano y personalizado, sino que también demostraron ser esenciales durante los meses de confinamiento, proporcionando servicios indispensables a la comunidad».
María Jesús Rodríguez es un ejemplo del tipo de comerciantes que participan. Es la encargada del Covirán de Galende, un pueblo «que en invierno se estará quedando sobre las cuarenta personas» y que dispara su población en julio y agosto. «Durante el resto del año aguantamos, pero es ahora cuando podemos sacar algo de beneficio», asegura. En las próximas semanas, la tienda abrirá hasta casi las diez de la noche de lunes a domingo, para atender fundamentalmente a los turistas y a las personas que pasan por el pueblo en sus trayectos al lago.
«En invierno también abrimos por las tardes, pero hay días que tienes ganas de cerrar. Atiendes a dos o tres personas en toda la tarde. En mi caso tengo la tienda abierta porque aquí vive mucha gente mayor que se da cuenta de que necesita algo, y hay un servicio que dar. Para muchos es la única salida del día», reflexiona la tendera. María Jesús Rodríguez pide, además, un impulso administrativo a los comercios de los pueblos pequeños. «Igual que han dicho lo de los bares de los pueblos pequeños, que se acuerden de otros comercios, pero que miren la gente que vive en el pueblo. En Galende hay muy poca gente pero no entramos en las ayudas porque el Ayuntamiento es más grande», lamenta.
Sergio Martín es ferretero en Puebla de Sanabria, participa también en la campaña y asegura que la labor fundamental del comercio en los pueblos es la de «fijar población. Creo que hace falta algo más de conciencia local. Si toda la gente de los pueblos compra por Internet, nos tendríamos que ir. Es bueno que el dinero se quede en la zona y que se mueva por aquí para que todos podamos vivir».
Ferretería o tienda de comestibles, el diagnóstico es el mismo. «En dos meses de verano facturamos lo mismo que en cinco meses de invierno, así que para nosotros es muy importante esta fecha. El resto del año nos apañamos, pero es ahora cuando podemos ganar algo de dinero», ratifica Martín.
Proyecto libera
La campaña de Criosanabria se inscribe en el Proyecto Libera, que aboga por la reducción de residuos y el consumo de productos locales. Para apoyar esta iniciativa, se distribuirán folletos tanto en formato papel como online, difundidos a través de redes sociales, colegios, institutos y ayuntamientos. «El objetivo es promover la participación ciudadana, la mínima generación de residuos, su correcto reciclaje y el consumo responsable de productos locales», aseguran los impulsores.