La Sanidad es el eterno conflicto de la Zamora rural. Cada sábado, el asunto concentra a decenas de personas en Bermillo de Sayago y en Tábara, y de forma recurrente los problemas de falta de médicos o la ausencia de actividad en los consultorios salpican a alguna comarca. Casi semanalmente, la delegada territorial se ve obligada a dar explicaciones sobre alguna queja llegada del territorio y ahora, con la venida del verano y el aumento de la población, que se hará más evidente en agosto, las costuras se tensan y la asistencia se complica.
En la polémica, hay dos visiones enfrentadas que este jueves se hicieron patentes con la expresión de dos argumentos. Por un lado, está la Junta, que insiste en culpar al Gobierno de España de la falta de médicos y cuyo consejero del área, Alejandro Vázquez, hizo balance del ecuador de la legislatura en lo que tiene que ver con sus responsabilidades; por el otro, los colectivos y los sindicatos, que señalan al Ejecutivo autonómico por el deterioro progresivo de la asistencia, particularmente la rural, y que también enviaron en las últimas horas un mensaje en relación a lo que está ocurriendo, a su juicio, con los médicos de Familia.
En el caso del consejero, no hubo muchas salidas del guion habitual. De hecho, Vázquez destacó «la prioridad otorgada al mundo rural como eje de las nuevas estrategias asistenciales y de prevención adoptadas desde 2022». Durante su intervención, insistió además en la petición al Gobierno central de un nuevo modelo de financiación «que contemple las características propias de Castilla y León, cubra el coste real de la asistencia prestada y asuma las competencias ante la falta de médicos».
Vázquez estimó que la falta de médicos afecta a todo el Sistema Nacional de Salud y admitió que se trata de «una dificultad que incide de modo especial en Castilla y León, donde la extensión y la dispersión hacen que la necesidad de profesionales sanitarios sea superior a la que le correspondería solo por población». Para el consejero, todo ello «este verano se ve agravado por la inacción del Gobierno central en el retraso en la culminación de la formación de los MIR de cuarto año», que seguirán sin la especialidad hasta septiembre.
Por otro lado, el consejero volvió a pedir que el Ministerio elimine la nota de corte para el acceso a las plazas MIR y no quede ninguna sin ocupar, «como ocurre ahora», y que resuelva las solicitudes de acreditación de nuevas unidades docentes con celeridad, así como las «miles» de solicitudes pendientes de homologación de títulos de especialistas.
El mensaje sindical
Casi en paralelo, Comisiones Obreras remitió un comunicado en el que denunció que «en la última oposición de médicos de familia solo se han cubierto 13 plazas de las 44 disponibles en la provincia de Zamora, con el agravante de que Sacyl está concediendo comisiones de servicio a los adjudicatarios para que se queden en Valladolid».
Según el sindicato, entre renuncias, excedencias, liberaciones y comisiones de servicio se ha incorporado menos de un tercio de los profesionales que se habían previsto, lo que «muestra una vez más lo poco apetecible que resulta la provincia para los profesionales, debido al déficit continuado y a las políticas de desprestigio contra la especialidad, que ya se han normalizado en el área de salud».
Para el colectivo, «este nuevo fracaso a la hora de intentar atraer profesionales a Zamora» tiene el extra de las citadas comisiones de servicio a los profesionales «para que no tengan que incorporarse a su plaza y puedan seguir prestando servicios en la provincia de Valladolid, algo a todas luces incomprensible, dada la situación límite que viven estas zonas básicas de salud».
Como ejemplo de lo expuesto, según CC. OO, y «en contra de lo que marca el sentido común», Sacyl ha concedido tres comisiones de servicio en Benavente para que los médicos que acaban de sacar su plaza en esta localidad no tengan que incorporarse y sigan realizando su labor asistencial en Valladolid. «Esto, dada la situación de la comarca benaventana nos parece inaudito e incomprensible», ha insistido el colectivo.
Para Comisiones Obreras, este es el resultado del «centralismo» en las políticas, «que deja en una situación muy delicada a la atención primaria zamorana, sin profesionales en muchas zonas y con profesionales sin la titulación requerida en otras». «Esto va a conllevar una sobrecarga asistencial brutal para los pocos profesionales formados que quedan, que evidentemente buscarán salir de nuestra provincia, entrando en un círculo vicioso que acabará desmoronando toda la atención sanitaria de Zamora», augura el sindicato.
Con este panorama en el que la asunción de responsabilidades no aparece por ningún lado, la realidad afecta a la asistencia sobre el terreno, con las semanas más intensas del año a la vuelta de la esquina y sin previsión de un movimiento real que permita garantizar que todas las plazas se cubren y que la atención en los pueblos se presta según marca la hoja de ruta sobre el papel.