Cabían 12.000, pero el sitio casi se queda pequeño. La Orquesta Panorama protagonizó anoche uno de los espectáculos más multitudinarios del año en la ciudad, en un espacio al aire libre que se estrenaba en estas Fiestas de San Pedro y que se abarrotó para dejar estampas de una auténtica marea humana. El impacto resultó especialmente visible para quien contempló la actuación desde la parte de arriba de la Muralla o desde los balcones. Apenas cabía un alma entre el escenario, plantado frente al gimnasio que hay en la avenida de la Feria, y la rotonda donde se ubica el bar Crespo.
Los responsables municipales calculaban que el espacio estaba preparado para acoger a unas 12.000 personas, y a la vista de las imágenes tomadas con perspectiva desde las zonas desde las que se veía toda la calle, estimaban anoche que la asistencia había rebasado las 10.000 para un espectáculo que no deja de ser una verbena. Eso sí, animada por uno de los conjuntos de mayor nivel de España dentro de la categoría de las orquestas.
Panorama derrochó energía, agarró al público con sus juegos de luces, sus estallidos de papeles de colores, sus bailes y su ritmo imparable, y Zamora se puso a bailar. Eso, a pesar del calor que todavía se dejó sentir un buen rato a partir del inicio del espectáculo, a las once de la noche, y aunque en algunas fases el sonido no fue todo lo fino que cabría esperar para una actuación de esta índole.
Mientras, las barras del entorno estuvieron atestadas en una noche en la que la descentralización del espectáculo de San Pedro funcionó, al menos en lo referente a la asistencia a la cita y al volumen de trabajo para los bares más cercanos al escenario. Otra cosa pensarán quienes esta mañana tenían el despertador puesto a primera hora, pero al fin y al cabo las fiestas son una vez al año.