El ensayista, doctor en Ciencias de la Educación y profesor en la Universidad de León, Enrique Díez Gutiérrez, tiene un diagnóstico sobre lo que está sucediendo en España a nivel político: «Se está reavivando el franquismo sociológico porque los chavales no saben lo que pasó», advierte este experto, que cita estudios que señalan que los jóvenes españoles tienen más conocimiento sobre el nazismo que sobre su propia dictadura: «El profesorado decía que sobre estos temas se pasaba de puntillas y los alumnos añadían que hasta ahí no se llegaba», recuerda el docente leonés.
A su juicio, esa circunstancia ha generado un desconocimiento que luego se traslada a las ideas políticas: «Frivolizan sobre todo esto y por eso consideran que Vox es antisistema», analiza Díez, que tiene claro que «la única posibilidad es la educación». Por eso, el profesor sigue escribiendo libros como «La memoria histórica democrática de las mujeres», una obra que ha elaborado junto a Beatriz García, también profesora de la Universidad de León y doctora especializada en los derechos y las libertades de las mujeres durante la II República, la Guerra Civil y el primer franquismo.
Los dos autores presentaron este miércoles su libro en la Biblioteca Pública del Estado en Zamora desde la certeza de que «hay que llegar a las generaciones más jóvenes» para trasladarles «lo que pasó». «Saberlo es importante para valorar lo que ha sido la conquista de derechos», insiste García, que junto a Díez ha querido contar en la obra aquello que, durante muchos años, fue «invisibilizado»: el papel de la mujer en estos años que han marcado el desarrollo posterior de España.
En una provincia como León, de donde proceden los autores, o Zamora, las mujeres desempeñaron ese rol en el medio rural, donde sufrieron especialmente «el estigma». «Habían sido partícipes de la República, fueron tachadas de rojas, fueron señaladas y era muy difícil su subsistencia. Había empresarios que no las contrataban», remarca Beatriz García, que desliza que «había muchas pasionarias por los pueblos de España». Incluso, muchas «pudieron ejercer como enlace con la guerrilla en la más absoluta clandestinidad» para mantener «esa resistencia contra el franquismo».
Su compañero Díez añade que, en general, «España se convirtió en una auténtica cárcel para quien había defendido la democracia». «Era gente que había buscado la igualdad y eso no se lo perdonaban. Tenemos que entender que la represión sistemática de la dictadura convirtió el país en un campo de concentración para aquellos que no eran afectos al régimen», insiste el profesor, que apunta que, en el caso de las mujeres, todo esto venía acompañado de la soledad y, a veces, de la crianza sin apoyos: «Habían matado o encerrado a sus compañeros».
El olvido en la Transición
El profesor remarca que fueron precisamente esas mujeres quienes «mantuvieron la memoria histórica democrática». «Ellas apoyaron a los presos, tuvieron solidaridad para ayudarse unas a otras, siguieron manteniéndose frente al franquismo y años más tarde pudieron decir: aquí fueron fusilados nuestros compañeros», abunda Díez, que lamenta que su legado «se abandonó en la Transición». «El Estado no recuperó esta memoria hasta la ley de Zapatero», sostiene el experto.
En general, el libro escrito por García y Díez trata de sacar a las mujeres del «lugar secundario» en el que se vieron ubicadas por la Historia: «Ellas permitieron que muchos otros pudieran sobrevivir», zanja Díez, que cita a los guerrilleros y a los maquis, pero también a aquellas que se quedaron a padecer la represión y se encontraron más tarde con el olvido.