Más de treinta vecinos de Moraleja del Vino, casi todos jubilados, se han quedado sin el servicio de comida a domicilio que la empresa Los Tres Pucheros prestaba hasta el domingo gracias a un contrato firmado con el ayuntamiento de la localidad. Contrato que ahora ha caducado y que ha motivado que la empresa deje de llevar la comida a los usuarios.
«Por parte del Ayuntamiento aún se está redactando el contrato, que no ha sido aprobado para salir adelante». Por tanto, «no se nos garantiza cuando se podrá pagar el servicio» y se deja de llevar la comida a los usuarios. La empresa anima a los usuarios que quieran que se les siga prestando el servicio a que contacten para «informar de si es posible o no», decisión que se tomará en función de las personas que se interesen. El coste sería de 6,5 euros diarios.
La suspensión del servicio ha provocado una esperada polémica en el pueblo que el alcalde explica en que el contrato, que ya había superado los 15.000 euros anuales máximos para que se considere como negociado sin publicidad, pudiera ampliarse. «A partir de ese precio el contrato tiene que salir a la Plataforma de Contratación y las empresas tienen que tener la opción de presentarse», apunta Manuel López, el alcalde de Moraleja. «No podíamos seguir así porque cualquier otra empresa podría impugnar el contrato al sentirse perjudicada», explica López.
Aunque el Ayuntamiento tenía la intención de tener ya licitado el contrato, lo cierto es que aún no está en la plataforma, por lo que los plazos se retrasan. La intención del Consistorio de Moraleja del Vino es poder recuperar el servicio a partir del otoño, ya con el nuevo contrato y sin problemas legales. El equipo de Gobierno plantea introducir en la licitación requisitos como el servicio diario y la cocina tradicional, habida cuenta de que los usuarios son principalmente jubilados.
Los usuarios pagaban una parte del servicio que ofrecía la empresa Los Tres Pucheros. En el caso de que el usuario viviera solo, abonaba tres euros y medio. Si es una pareja, el primero paga 3,5 euros y el segundo, solo 1,75. «La empresa ha hecho las cosas por la tremenda, nuestra idea hubiera sido buscar una fórmula para poder seguir en lo que se licitaba el nuevo contrato, pero han decidido cortar», apuntan las mismas fuentes municipales.