Desde el siglo XIX hasta la escuela de la democracia. Del encerado a la pizarra electrónica, del crucifijo a la escuela laica. El Museo Pedagógico de Zamora está ya (casi) listo y propone un interesantísimo y didáctico recorrido a la escuela española de las últimas décadas en el que todos los visitantes se sentirán identificados, desde los más veteranos a lo niños que acaben de empezar su vida educativa.
Formado exclusivamente con piezas reales, utilizadas en las distintas etapas, el museo recrea de forma muy atinada lo que eran las aulas del pasado y en lo que se han convertido, con detalles que van desde las enseñanzas de las pizarras, los apuntes en los cuadernos y los elementos repartidos por las estancias, que van desde los braseros al paquete de Celtas sin boquilla sobre la mesa del profesor en la escuela del Franquismo, pasando por el estuche con pegatinas de Mario Kempes de la Transición.
Bienvenido Martín y Ascensión Rodríguez han sido los dos encargados de darle forma al proyecto, que arrancó con anteriores equipos de Gobierno y que finaliza ahora, a falta de algunos detalles como los carteles explicativos. El objetivo es que el museo, además de convertirse en un atractivo turístico para la ciudad, cumpla una función didáctica para profesores, estudiantes de magisterio y para el propio alumnado, «que debe conocer de dónde venimos para entender a dónde vamos». El recorrido de las cinco estancias, que se completa con varias vitrinas con interesantes elementos de la escuela, «aglutina los recursos pedagógicos y los útiles de enseñanza usados a lo largo de la historia».
«Un edificio muy importante para la ciudad»
«Zamora es una provincia de maestros», asegura el alcalde, así que es de esperar que el museo tenga buena acogida entre la población. Sus impulsores indican, además, que se trata del «mejor museo pedagógico de España», así que el apoyo al plano turístico de la ciudad también se tiene en cuenta. La inversión que el Ayuntamiento ha acometido para acondicionar las instalaciones ronda los 600.000 euros, en los que se incluye la parte museográfica y el adecentamiento del edificio anejo, que hará las veces de recepción, y del patio exterior, hasta hace poco cubierto por la maleza y ahora reformado.
El museo abrirá para el público en septiembre, previsiblemente con el curso escolar. Y hay diversos proyectos para dotarlo de vida, como crear una asociación de profesores jubilados que se encarguen de explicar las estancias a los visitantes. Se programan también actividades abiertas al público para difundir la labor de la escuela en la formación de las nuevas generaciones.