Ni consecuencias en la caza, ni en la ganadería ni en la agricultura. De hecho, «no se le conocen desventajas». La Junta celebra hoy en Zamora una jornadas técnicas sobre la reintroducción del lince, dedicadas a ayuntamientos y a personas que se consideren afectadas por la presencia del felino, en las que técnicos de la Junta y expertos llegados de otras zonas de España donde sí hay linces (Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía, principalmente) exponen la realidad de la presencia de la especie en el ecosistema. Y la conclusión parece clara: «No conocemos problema alguno» con la especie.
El jefe de Servicio de Espacios Naturales, Flora y Fauna, en la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, David Cubero, explica que la presencia del lince es «una marca de calidad» para los territorios, que «genera beneficios para la caza menor» y que es «positivo para Zamora». Cubero descarta, además, que existan a raíz de la presencia del felino restricciones para agricultura y ganadería. En concreto, sobre las reticencias que temen algunas asociaciones agrarias sobre el uso de pesticidas o limitaciones de velocidad, el experto asegura que «la realidad es la que se ve en el resto de zonas donde hay linces, que no tienen ninguna limitación para este uso».
Cuestión aparte es la limitación de la velocidad en las carreteras, que sí existe en algunas zonas de Castilla-La Mancha o Extremadura. Son carreteras, sin embargo, de bastante más tránsito y velocidad permitida que muchas de las que hay por Zamora. «No hay una limitación específica para el lince» salvo en zonas consideradas «puntos negros» por su alto riesgo y por la elevada presencia del felino, cuestión que no tendría que suceder en Zamora. «Las medidas son la señalización y los vallados» para evitar que el lince cruce por las carreteras.
«Dudas lógicas»
Jornadas como las que ahora se llevan a cabo en Zamora forman parte del esfuerzo que está haciendo la Junta para «convencer» a las poblaciones que se verán directamente afectadas por la introducción de la especie. La suelta de linces, en caso de que finalmente se haga, no se acometerá si no es con el beneplácito de los ciudadanos que viven en el terreno. «Tratamos de contar a la sociedad las ventajas que tiene este felino, que no existen restricciones en ninguno de los territorios donde está. Queremos responder dudas, tranquilizar y, si la gente está a favor y los estudios técnicos que estamos llevando a cabo lo apoyan, propondremos al Ministerio de Transición Ecológica que la suelta de linces se haga en Castilla y León», apunta Cubero.
De momento la Junta no observa rechazo en las poblaciones afectadas, pero sí unas dudas que parecen lógicas. «En Castilla y León no hay lince de forma estable, más allá de una presencia puntual en Ávila, desde hace cuarenta o cincuenta años», recuerdan los expertos. Los estudios realizados, sin embargo, subrayan la importancia de soltar al animal al norte de España, donde no tiene presencia, y crear varias colonias de linces en Castilla y León.
Afectación a la ganadería y presencia del lobo
Los estudios muestran también que la presencia del lince no tendría que afectar a la ganadería en extensivo y que los únicos problemas, que serían puntuales, se podrían vivir en gallineros, «en cuyo caso la Junta correspondería económicamente» a los afectados. Sobre la coexistencia con el lobo, que se produciría en Castilla y León de forma experimental, los expertos auguran que no habrá problemas, puesto que cada animal tiene un hábitat y una alimentación diferente.
David Cubero explica además que las zonas elegidas, los Cañones del Duero en Zamora y el Cerrato en Palencia, son las dos únicas áreas en las que hay una extensión suficiente de hectáreas de terreno con un hábitat propicio (entre el veinte y el ochenta por ciento del terreno cubierto por matorral) y una población suficiente de conejos, que son el principal alimento del lince ibérico.
En cifrar el número de conejos en estas zonas, entre otras cuestiones, trabajan los técnicos con el informe que se está elaborando, que será el que justifique (o no) la presencia del animal en la zona. Aunque, aseguran desde la Junta, jugará parte fundamental las sensaciones que se extraigan de reuniones como la celebrada hoy en Zamora y las que se celebrarán durante los próximos meses en los pueblos afectados. Las conclusiones se enviarán al Ministerio para la Transición Ecológica, que es quien tendrá que decidir si se sueltan linces en Zamora, en Palencia, en los dos sitios o en ninguno.