«Sin literatura, con todo estudiado e involucrados al 110%». Con esas premisas aborda la Diputación de Zamora el proyecto «Mi pueblo acoge», una iniciativa para la repoblación de la provincia que aspira a atraer a unas 50 familias al año al territorio. O lo que es lo mismo, a empadronar en Zamora a un número de personas nuevas equivalente a una localidad media de una comarca. El plan se ha trazado de la mano del colectivo Talento 58, que ya había arrancado su trabajo con el Ayuntamiento de Fermoselle y que ha tenido bastante éxito en la localidad fronteriza.
Según han asegurado sus responsables, en lo que va de año, ya se han instalado en torno a 70 personas en la localidad fermosellana, todas ellas originarias de distintos países de Sudamérica, muchas de ellas de Venezuela. Estas familias ya residían en España, pero se encontraban en las grandes ciudades, con rentas de alquiler elevadas y con trabajos precarios. A Fermoselle llegaron en busca de «un nuevo comienzo», y ahora la Diputación quiere implicar al resto de la provincia en esa mismo proceso de repoblación.
La institución provincial ha firmado este mismo miércoles el convenio con Talento 58 para concretar la colaboración con una fundación que surgió de las necesidades detectadas por el cura de una parroquia de Madrid. El religioso escuchó los problemas de su creciente comunidad venezolana y entendió que, en el medio rural español, podía estar la solución. Su hermano, Jaime Igea, es ahora el presidente del colectivo y, junto a su compañero Jesús Alemán, ha formalizado el acuerdo con la Diputación.
Después de la firma, Faúndez ha abogado por lograr que «cada rincón de la provincia» sea un lugar de acogida y ha defendido la necesidad de actuar desde la institución para «corregir los desequilibrios» que sufren los pueblos: «Necesitábamos un proyecto importante para colocarnos en la senda de crecimiento de la población», ha subrayado el mandatario alistano, que conoció a los miembros de Talento 58 en Fermoselle y que ha constatado cómo, en esa localidad, «parece que hay otra vida».
«Son personas que vienen a ocupar puestos de trabajo», ha reiterado Faúndez, que ha indicado que la fundación maneja un directorio con más de 600 familias dispuestas a mudarse a los pueblos para «sacar adelante un proyecto vital». Eso entronca con la demanda de mano de obra que tienen algunas empresas y con la necesidad de gente joven que se percibe en la mayor parte de las localidades de Zamora.
El presidente de la Diputación ha admitido que para que el proyecto salga bien hará falta una implicación cierta de los ayuntamientos, por ejemplo en lo tocante a la oferta de viviendas para el alquiler, pero también de organizaciones como la CEOE, de empresas como las entidades bancarias e incluso del Obispado, que también podría participar en la oferta de casas para los nuevos pobladores: «El reto de todos es revitalizar la provincia», ha insistido Faúndez.
Por su parte, Jesús Alemán ha aclarado que la idea es que las personas que lleguen adquieran «un arraigo» y que «trabajen, aporten y se integren». En la misma línea, Jaime Igea ha asegurado que de Venezuela y de otros países del entorno llegan «personas con mucho talento» que se ven repartiendo comida en bicicleta o desempeñando trabajos para los que están sobrecualificados: «Una de las cosas que queremos hacer es fomentar el emprendimiento en estas zonas rurales», ha afirmado el representante de la fundación.
Los dirigentes de Talento 58 han destacado, además, que las personas que llegan suelen ser familias con niños pequeños o adolescentes, con adultos de entre 35 y 50 años y, por tanto, en «edad productiva». «No buscamos ayudas, sino oportunidades», ha matizado Igea, mientras que Faúndez ha intervenido nuevamente para remarcar que la idea es «darles la oportunidad a unos hermanos, a personas de otra nacionalidad», como en su idea hicieron otros países con gentes como sus padres, que marcharon de Aliste en busca de prosperidad.
Ayudas para el relevo
El presidente de la Diputación también ha confirmado que, en el año 2025, la institución sacará unas ayudas orientadas a que los negocios rentables del medio rural que ahora se cierran por falta de relevo encuentren «una familia o un emprendedor» que pueda hacerse cargo de la empresa.