Las Elecciones Europeas tienden a ser una cita bastante más relajada que otros comicios. Sobre todo en Zamora, donde los representantes de los partidos no se juegan demasiado a nivel personal, más allá de la defensa de su marca y de lo que les pueda afectar un hipotético cambio de viento político. Cosas menores, en todo caso, en comparación con la posibilidad de ser o no alcalde, de entrar o no a una corporación o de ver cómo los tuyos pasan a mandar o a dejar de hacerlo en instituciones como la Junta o en el Gobierno de España.
Seguramente, Fernando Lozano siguió con más fruición el resultado de las Elecciones Municipales del pasado mes de mayo que el desarrollo de estas. En 2023, las encuestas señalaban que la suya era una de las plazas en el aire como número dos de la lista de Vox para el Ayuntamiento de Zamora y, al final, la votación le permitió hacerse con un puesto en la Casa de las Panaderas. Eso sí, en la oposición al bipartito que ahora forman Izquierda Unida y el PSOE, bien lejos de sus postulados políticos.
Lozano salió, y menos mal para él que no se quedó fuera por un voto, porque ese era el suyo. El ahora concejal de Vox no se pudo apoyar a sí mismo en las Municipales porque no está empadronado en la ciudad de la que es concejal. Su campamento base se sitúa en Palacios del Pan, a unos 16 kilómetros, y de cara a estas Europeas la suerte le ha colocado como vocal en la mesa electoral del municipio, donde pasará esta vez el día alejado de su labor como militante; volcado en la tarea ciudadana que se le ha encomendado por sorteo.