Esta es la historia de un pequeño festival, de nicho, que se ha convertido en el segundo evento en importancia de la ciudad después de la Semana Santa. La historia de un evento que comenzó trayendo a Zamora a poco más de mil personas y que ahora aspira a congregar a treinta mil. La historia de un festival que llena restaurantes, dispara las cajas de los bares y cuelga el cartel de completo en hoteles y apartamentos turísticos. La historia, en suma, de un evento que el año pasado dejó en Zamora 4,5 millones de euros y que este año aspira a superar los cinco millones. Es la historia de Z! Live, que cuenta las horas para arrancar una nueva edición.
El Z! tiene mucho que celebrar este año. Se ha convertido en parada en la gira de despedida de Europe y eso es como un detalle de Messi en un partido de fútbol, por sí solo ya justifica la entrada. «Obviamente ese día es un muy especial y nos ha hecho vender muchas entradas de fin de semana, porque el jueves es el día más flojo y este año no va a ser así», asegura Andrés Cid, uno de los responsables del festival. La otra fecha marcada en rojo es el sábado, con Avantasia como cabeza de cartel. Dos grupos que, indican desde la organización, han disparado la venta de entradas también entre los propios zamoranos, algo que el festival celebra.
«Agradecemos que la ciudad disfrute cada año más del festival»
Andrés Cid, organizador del Z!
«Agradecemos que la ciudad disfrute cada año más del Z!. Se notó el año pasado con el incremento tan grande de público que tuvimos, que se pudo apreciar a todos los niveles. El festival se ha convertido en un evento muy importante en la provincia, que deja mucho beneficio en la ciudad y que trae visitantes muy agradecidos, que se portan genial y que disfrutan mucho de la ciudad».
Y todo ello se nota, claro, en el aspecto económico. Las cuentas de la organización indican que el Z! dejó en Zamora los cuatro millones y medio de euros referidos más arriba. «Este año será más», aventura Cid. Por delante, solo, la Semana Santa, aunque el público objetivo sea bien distinto. De hecho, una de las cosas más celebradas del Z! Live es que trae a Zamora a un público que seguramente no llegaría a la ciudad de no existir el festival.
Zamora está a reventar para el fin de semana desde hace meses. Los hoteles están llenos, los apartamentos turísticos están ocupados (a unos precios más altos que de normal) y muchos asistentes marchan a dormir a Toro, Benavente, Salamanca o Valladolid ante la imposibilidad de encontrar nada en Zamora.
Zona de acampada
Una de las novedades de este año es la zona de acampada. No será en la ribera del Duero por la zona del Puente de los Poetas, ni en Los Pelambres, como otros años. La organización ha conseguido permiso para instalar el cámping en la isla de las Pallas, «mucho más fácil de acondicionar» y tan cercano a Ifeza que no hará falta servicio de autobuses. Porque el transporte, asegura Andrés Cid, se estaba convirtiendo en un quebradero de cabeza. «Mover a mil personas es fácil, mover a 7.000 personas diarias no tanto. Los autobuses no daban abasto». Con el cámping en las Pallas se consigue comodidad para los asistentes, que tienen su lugar de pernocta cerca de Ifeza y no dependen de transporte, público o privado, ni tienen que darse una larga caminata al finalizar las actuaciones.
Como novedad, también se instalará un punto de comida zamorana en el festival con los cocineros del Benito, del Metro y con el influencer Cocina Derecho, que hará arroz a la zamorana. «Cocina típica de Zamora para conseguir otro de nuestros objetivos, que es que la gente que viene al Z! después repita y venga a pasar parte de sus vacaciones a Zamora».
Solo queda esperar que no caiga el diluvio del año pasado, que se levante el telón y que empiece a sonar la música. Porque tener la ciudad «invadida» de heavys durante cuatro días ya no llama la atención a nadie. Afortunadamente.