– ¿Qué es lo que más te gusta del Sénior, mamá?
– Las clases de arte. Y también cuando hablan de Zamora y de la Historia.
En dos de las butacas de la primera fila del paraninfo del Colegio Universitario, Maribel Bueno y Virginia Fidalgo esperan el inicio del acto. La primera de ellas, ya por encima de los 80, llega con la ilusión intacta para recibir su diploma. Al lado, tiene a su hija, la persona que la ha acompañado durante todo el año a los cursos de la UNED Sénior, que acaban de terminar. Virginia es, además, profesora de Ciencia Política en el centro asociado de Zamora, así que las dos se sienten en casa, entre emocionadas y agradecidas.
La primera que habla es Maribel. En este acto, cerrará un curso en el que ha acudido los miércoles y los jueves a absorber conocimiento, pero también a socializar y a recordar los tiempos en los que era una niña y jugaba en las ruinas de Prado Tuerto, donde ahora está el edificio del Banco de España. De aquel lugar, del Convento de las Claras y de otras estampas del pasado se ha hablado durante la asignatura dedicada al arte y a la provincia.
«Yo he venido para aprender», señala Maribel, pero enseguida se corrige. «No para aprender, para memorizar y para recordar más cosas», aclara esta alumna veterana, que ha sido una de las 195 personas mayores de 55 años que han participado este curso en las clases de la UNED Sénior. El arte o Zamora en la Historia de España han sido algunos de los palos que han tocado estas personas de una horquilla de edad muy amplia, pero unidas en el ánimo por conocer más allá de la enseñanza reglada de toda la vida.
Formación práctica
«Personas como mi madre necesitan tener contacto con la educación y con la enseñanza. En muchos casos, estamos hablando de gente que tiene más de 70 o 75 años, y me parece una buena idea», explica Virginia, que ha acompañado a su madre durante el curso. «No ha fallado prácticamente ningún día, salvo por enfermedad», ha remarcado la hija de Maribel, que ha dejado claro que, bajo su punto de vista de familiar y de docente, «el aprendizaje no tiene edad».
Virginia Fidalgo recuerda que los alumnos «hacen su matrícula como cualquier otro alumno de la Universidad, aunque no con el mismo coste» y asisten a clases en las que no solo tocan los palos del arte y de Zamora: «Mi madre estuvo en otro curso de ciencias de la salud, donde le hablaban de alimentación, le ponían imágenes, diapositivas… Un poco de formación práctica», rememora la familiar.
En líneas generales, la UNED Sénior «asume que las personas no aprenden solo a partir de la enseñanza, sino también de la experiencia». Los métodos educativos «se apoyan en el tejido dinamizador que ofrecen las potencialidades personales, así como en la experiencia personal y laboral de los participantes».
Lo que no dice esa información de la propia Universidad es que el elemento socializador también es clave. Lo admite la madre, lo celebra la hija. El curso que viene, Maribel volverá a su butaca para seguir aprendiendo y recordando.