«Este cuadro está aquí porque hay gente que se lo merecía, como Pepe. Por eso no está en otra capital de provincia. Zamora tiene un museo que, para el Prado, es fundamental, que es el Etnográfico. Un museo que puede acoger y que puede cuidar un cuadro importante para el Museo del Prado». Estas palabras las ha pronunciado el presidente del Real Patronato del Museo Del Prado, Javier Solana, durante la presentación del cuadro «La Cita», de Francisco de Goya, en el Museo Etnográfico.
Solana, junto con Miguel Falomir, director del Museo del Prado, Pepe Calvo, director del Museo Etnográfico, y Mar Sancho, viceconsejera de Cultura de la Junta de Castilla y León, han presentado esta mañana en Zamora la rama del proyecto «El arte que conecta» que llega a la capital. «Zamora sabe muy bien lo que es arte que conecta. Hoy lo hacemos con la pintura como hace no mucho lo hacíais con la música, cuando estaba vivo» en la iglesia de San Cipriano el festival El Pórtico, «donde he disfrutado mucho escuchando música barroca con personas extraordinarias».
«Me encanta volver a Zamora, que sigue respirando arte. Y lo hago ahora, en un momento muy particular para el Prado, que es museo de todos los españoles» y que fomenta su vocación de «Nacional» sacando de Madrid parte de su colección permanente, aunque lo haga de manera puntual.
En la misma línea se ha posicionado Miguel Falomir, director del Museo del Prado. «El Prado es un museo nacional y no solo porque lo lleve en el nombre, tiene implantación nacional con varias iniciativas», como «El arte que conecta», que ahora se presenta en Zamora, o el Prado Extendido. En Zamora, ha recordado Falomir, hay 38 obras del Prado con carácter permanente, que están custodiadas por la Diputación, Ayuntamiento y el Museo Provincial.
Pepe Calvo, por su parte, subraya el «regalazo» que para el Museo Etnográfico supone la cesión de «La Cita», «un cuadro creado para el palacio de El Pardo cuando allí se alojaba Carlos IV y que ahora tenemos en un museo regional de corte popular». Mar Sancho, por su parte, celebra «la colaboración con el Museo del Prado, una pinacoteca que es símbolo de España y con la que nos sentimos involucrados. Es el gran museo de España, es parte de nuestra historia y forma parte de la identidad de nuestro pueblo».
El cuadro
La escena, pensada como sobrepuerta por su formato horizontal y por su perspectiva forzada de abajo arriba, presenta en primer término a una joven de expresión melancólica, que apoya su cabeza en la mano, con la que sostiene un pañuelo arrugado. La acción se desarrolla al atardecer, en un paraje ambiguo de las cercanías de una ciudad.
El tapiz resultante de este cartón estaba destinado a la decoración del antedormitorio de los príncipes de Asturias (el futuro Carlos IV y su mujer María Luisa de Parma) en el Palacio de El Pardo, cercano a Madrid. La serie de la que formaba parte, fechada entre 1777 y 1780, estaba compuesta por trece cartones de asuntos variados, de los cuales diez se conservan en el Museo del Prado.