Sumar cree que «el respeto a la unidad» y ese «esfuerzo moral» por aunar todas las voluntades de los partidos a la izquierda del PSOE le posiciona como la gran alternativa para ese nicho de votantes de cara a las Elecciones Europeas que se celebran el próximo 9 de junio. El mensaje vale para toda España, pero se transmite también en Zamora, donde Francisco Molina y Charo Fernández han presentado este domingo las líneas básicas de la propuesta de la coalición.
La comparecencia ha tenido lugar en la sede de Izquierda Unida, el partido de Molina y parte de la confluencia, más allá de que algunos de sus dirigentes a nivel provincial no estén demasiado de acuerdo con esa fórmula: «En estas elecciones, todos los votos de los españoles valen lo mismo. No hay tampoco voto útil. Cada persona puede votar el programa que mejor le parezca, y luego los repartos proporcionales puros dirán la fuerza que existe», han argumentado los representantes de Sumar, conscientes de la necesidad de hacer pedagogía con la circunscripción única.
Más allá de eso, Fernández ha incidido en que las Elecciones Europeas son importantísimas para construir una Unión «de los derechos», justo ahora que una parte del continente está tomando una dirección «clara hacia la derecha, la extrema derecha y los totalitarismos».
La representante de Sumar en Zamora ha defendido en este punto la pertinencia de «ir juntos» en la izquierda, precisamente por esa necesidad de plantarse como bloque ante los rivales del otro lado del arco político: «Hay que sacrificar las cosas periféricas y tener la mirada bien larga. Tenemos que grabárnoslo para estas y para futuras elecciones», ha abundado Fernández.
El riesgo de los comicios, con el conflicto en Palestina de fondo
Junto a Molina, la portavoz de la coalición en el territorio ha incidido en que «el resultado de las Elecciones Europeas no va a ser neutro: si ganan las derechas y las extremas derechas, el apoyo de Europa al Estado de Israel bendiciendo el genocidio del pueblo palestino puede suponer, además de una brutalidad sanguinaria, el germen de la Tercera Guerra Mundial».
«Y no exageramos, basta con ver cómo se reprimen los actos de solidaridad con los palestinos cada vez en más países, hasta el punto de que se prohíbe el uso de la bandera, sobre todo en Estados Unidos», han zanjado.