España votará el 9 de junio para escoger a sus representantes en el Parlamento Europeo por novena ocasión desde su ingreso en la Unión. La primera vez fue en 1987, al margen del resto y para incorporar a sus eurodiputados como nuevo país miembro. A partir de ahí, desde 1989, sus ciudadanos han sido llamados a las urnas cada cinco años hasta el último proceso celebrado en 2019. En todas esas oportunidades, los electores de Zamora se han sumado a la participación y, en línea con lo sucedido en los distintos comicios generales, han respaldado mayoritariamente al PP primero y al PSOE a continuación.
Los populares han ganado seis de las ocho Elecciones Europeas celebradas hasta la fecha, si nos ceñimos a los votos recogidos en la provincia de Zamora. En algunos casos, lo han hecho además con resultados ciertamente contundentes. En los comicios de 1994, 1999, 2004 y 2009, el PP logró más del 50% de los apoyos en este territorio, cifras muy por encima de lo habitual y, en algún caso, en momentos en los que el PSOE gobernaba a nivel nacional e incluso municipal.
El PP también se impuso en 2009 y 2014, y en realidad también lo hizo en 1987, aunque todavía con la marca de Alianza Popular. Los triunfos del PSOE se reducen, por tanto, a los cosechados en 1989, en el ecuador de los gobiernos felipistas en España, y en 2019, ya con Pedro Sánchez en La Moncloa. Eso quiere decir, que en las últimas Europeas, los socialistas rompieron con 25 años de victorias populares en Zamora en los procesos comunitarios, aunque aquel triunfo quedó un tanto opacado por los resultados autonómicos y municipales conocidos también ese día.
La fuerza del bipartidismo
En realidad, los procesos europeos han servido generalmente para dejar patente que esta provincia ha confiado en el bipartidismo durante años sin hallar alternativas a las que entregar su voto para hacer frente a los dos gigantes de la política española. De hecho, desde el 15,06% obtenido por el CDS en 1987, ninguna otra fuerza ha superado la barrera del 14% de los apoyos en Zamora, más allá del PP y el PSOE y siempre dentro del marco de los comicios para escoger a los eurodiputados.
Los casos más evidentes de voto masivo a los populares y a los socialistas se registraron en 2004 y 2009, dos de los años en los que el PP se impuso con más del 50% de los votos. En ambos comicios, las dos formaciones mayoritarias juntas rondaron el 95% de los apoyos y dejaron a la tercera fuerza de la provincia en un 1,72% (Izquierda Unida en 2004) y en un 1,92% (UPyD en 2009).
El auge de las alternativas sin tanto voto útil
El peso del voto al bipartidismo fue mermando desde entonces hasta el punto de que, en 2019, ambos no alcanzaron juntos el 70% de las papeletas, con Ciudadanos (13,5%) asentado entonces como alternativa con un cierto peso en Zamora. Lo cierto es que aquí las apelaciones al voto útil tienen menos sentido que en las Elecciones Generales, en las que la circunscripción de la provincia reparte tres escaños y cuesta que otras fuerzas ajenas al PP y al PSOE lleguen al número de votos necesario para obtener uno de esos asientos.
En las Europeas, los asientos se reparten con el sistema de circunscripción única y, sin ir más lejos, en 2019, ocho fuerzas políticas españolas lograron plaza en Bruselas, y eso que entonces solo se pusieron en juego 54 plazas por las 61 que habrá en esta ocasión para el país, tras la salida del Reino Unido. Eso quiere decir que el apoyo desde Zamora a fuerzas alternativas como Sumar, Podemos, Vox, Coalición Existe o cualquier otra de esta índole puede contribuir a la obtención del escaño de una forma más realista que en unos comicios generales.
En cuanto a la participación, a lo largo de la historia, la tasa de implicación de los zamoranos con las Elecciones Europeas ha fluctuado mucho, casi siempre en función de si coincidían o no con otros procesos paralelos. El tope se alcanzó en las primeras, con un 73,31% de asistencia a las urnas, y el suelo se tocó en 2014, con un 41,8%.