La plaza de la Constitución ya huele a primavera y a historias. El sol de mayo y los puestos de la Feria del Libro conviven desde este jueves, e irán de la mano hasta el domingo, para dar lucimiento a las novedades y facilitar el contacto entre los autores y los lectores. De hecho, ya en los primeros minutos de apertura, se ha dejado ver por allí uno de los escritores de más renombre del cartel, el zamorano Luis García Jambrina, protagonista en ventas y en firmas e inmerso en una gira primaveral que el miércoles le llevó a León y el viernes le transportará a Elche.
En todos esos lugares, García Jambrina habla de «El primer caso de Unamuno», su último libro, en el que el famoso Don Miguel «es una especie de detective que tiene que investigar un caso real que sucedió en la provincia de Salamanca en 1905», según aclara el propio autor, que subraya que la suya es una novela «histórica y de intriga en la que lo más importante es el personaje».
«He intentado humanizar a Unamuno, presentarlo en su vida cotidiana y situarlo como un detective, aunque parezca algo extraño. Durante su trayectoria, él se jugó muchas veces la carrera y la vida por la búsqueda de la verdad», razona el autor, que señala de forma somera la vinculación del libro con un caso real como el de Boada, «un pueblo que en 1905 le escribió una carta al presidente de Argentina contándole que todos los vecinos se querían ir a Argentina y pidiéndole ayuda para los pasajes».
En aquella época, contra otras voces como la de Ramiro de Maeztu, Unamuno se puso de parte de los campesinos y desmontó la teoría de «los antipatriotas» para señalar que los verdaderos culpables estaban en el Gobierno y en los propietarios de la tierra: «Nos encontramos con un Unamuno muy intelectual, muy comprometido, y que también vive una historia amorosa con una joven anarquista catalana que es un personaje muy ambiguo, muy enigmático», revela García Jambrina.
El autor habla con pasión de Unamuno, pero ya tiene muy avanzada la siguiente novela que formará parte de su prolífica obra. Será el séptimo libro de su serie de manuscritos, esta vez ambientada en la Roma de los Borgia: «Espero terminarlo en verano, y la idea es que salga en el primer trimestre del año que viene», señala el escritor.
Mientras, su camino por las ferias le provoca «la satisfacción de ver que lo que uno hace se lee» y le devuelven la consciencia de que «la literatura sirve para algo». «Las feria son muy importantes, igual que los clubes de lectura», zanja García Jambrina.
A su alrededor, los puestos ya presentan algunas colas, las sillas del público están llenas para ver el pregón de Victoria Gullón y el ambiente resulta ciertamente propicio para una cita que cumple su trigésimo octava edición con el mismo elemento clave como valor central: las aventuras de los libros.