A la manifestación prevista en Zamora para el sábado en defensa de la reapertura de la Ruta de la Plata se sumarán voces de otras provincias y comunidades autónomas. De hecho, se sumarán bastantes voces. El Movimento por el Tren Ruta de la Plata y la Plataforma Extremeña han habilitado autobuses para desplazar a gente a Zamora en la mañana del próximo sábado. Llegarán desde Mérida, Cáceres, Navalmoral, Plasencia, Aldeanueva del Camino y Béjar. Es posible, hay que esperar para conocer la demanda, que también se fleten buses desde Astorga, La Bañeza y Salamanca.
Los colectivos piden a la sociedad extremeña que participe en la iniciativa de Zamora, presentada como una concentración de unidad del oeste del país para exigir la reapertura de la línea férrea. Además, avanza próximas manifestaciones, en la misma línea, pero ya en suelo extremeño. Protestas que nacen «con la idea de que se pueda ir entren desde Plasencia hasta Salamanca, Zamora, Astorga o León».
A las plataformas extremeñas, como sucede en Zamora y en Castilla y León en general, no les sirve con el horizonte de construcción de la Ruta de la Plata para el año 2050, un año demasiado lejano como para que la promesa sea siquiera tenida en cuenta. «En los últimos años el Consejo Económico y Social de Extremadura, las Cámaras de Comercio e Industria de las provincias entre Plasencia y Sevilla, y diversos colectivos como el Corredor Oeste se han unido, aportando un nuevo impulso motivado por el objetivo de descarbonizar y abaratar el transporte de mercancías», insisten desde Extremadura.
Las agrupaciones que se desplazarán el sábado a Zamora entienden que «se debe tender al consumo de proximidad» y abogan por «un ferrocarril y un transporte público que posibilite la revitalización de las comarcas, que permita acceder a los servicios educativos y sanitarios y que posibilite las relaciones humanas, así como el traslado de mercancías de corta, media y larga distancia». Vertebrar un territorio «es fijar población, ofrecer opciones de movilidad, y no condenarlo a ser un territorio vacío que se atraviesa para ir de una gran ciudad a otra, con la única prioridad de reducir vuelos de avión», concluyen.