El centrocampista del Zamora Club de Fútbol, Carlos Ramos, estará este sábado en el Ángel Nieto (19.00 horas) para ver el partido decisivo por el ascenso a LEB Oro: «Voy cuando puedo. Somos pocos en la ciudad y nos tenemos que ayudar, pero es que además me gusta el baloncesto. Al CB Zamora lo empecé a seguir a raíz de que un gran amigo como Javier Cardito jugó allí y, desde entonces, sigo acudiendo al pabellón porque me hacen disfrutar. Llevan muchos años haciendo las cosas bien y les falta rematar la faena», analiza el jugador rojiblanco.
Todavía no está claro si Jacob Round se desplazará hasta el Ruta de la Plata el domingo (19.30 horas) para asistir al partido de semifinales por el ascenso a Primera Federación entre el Zamora CF y el Sant Andreu. En buena parte, dependerá de lo que suceda con el ya citado duelo que el base del CB Zamora disputa 24 horas antes frente al Albacete. «Lo que sí sé es que mueven a mucha gente que por cultura quiere ver ganar al equipo de fútbol», apunta el jugador británico, que sigue la actualidad rojiblanca más por su preocupación por el entorno en el que vive que por una pasión hacia el balompié.
Carlos Ramos y Jacob Round analizan sus respectivos partidos, la semana que ha vivido Zamora con un ojo puesto en el deporte y lo que suponen estas oportunidades de ascenso para sus carreras en un encuentro que tiene lugar el jueves por la tarde en una céntrica pizzería de la capital. Ninguno come y los dos beben agua. No es tiempo de saltarse la dieta. Sí es el momento de la ilusión, de la templanza, del control de la presión y de canalizar la frustración de las derrotas pasadas con el objetivo de que sirvan como combustible.
En el caso del CB Zamora, la cita llega muy poco después de la derrota contra el Odilo Cartagena que apartó a los blanquiazules del ascenso por la vía rápida. Ahora, afrontan con una ventaja de dos puntos el encuentro de vuelta contra el Albacete tras vencer lejos de casa, una constante esta temporada: «Primero, hay que valorar que después de un palo tan duro se hayan levantado como se han levantado y hayan ganado los tres partidos que han tenido a continuación. Creo que lo de Cartagena fue un accidente y que ahora no se les va a escapar», analiza Ramos.
Round, capitán del equipo dirigido por Saulo Hernández, duda si fue un accidente. Lo que tiene claro es que «es algo que pasa en el deporte». «Hemos tenido la suerte de un sistema de competición que nos ha permitido contar con una nueva opción tan pronto. Normalmente, cuando pierdes una final, debes esperar otro año, y nosotros solo hemos tenido que aguantar un mes. Ahora, queremos aprovecharlo al máximo», reflexiona el base británico.
Desde luego, en esta nueva intentona, contarán con una grada completamente entregada a la causa. Es lo que se han ganado durante un año casi impoluto. La masa social del club otea la LEB Oro y la anhela: «Creo que enganchar a la gente forma parte de nuestra responsabilidad como deportistas. Nuestro trabajo no es solo lo que hacemos sobre la pista, también cuenta el efecto que tenemos fuera. En los tres años que llevo en Zamora, he percibido que hemos tenido ese impacto a cierto nivel y para mí es muy importante», estima Round.
Ramos: «Somos deportistas por fines de semana como estos»
El domingo, también se espera uno de esos días grandes en el Ruta. Los escaparates y los balcones de la ciudad llevan toda la semana engalanados con banderas con los colores y el escudo del club, y en el ambiente se palpa el deseo y la rabia en pos de la remontada. El Zamora CF perdió 2-0 a domicilio. Ahora, debe recuperar esa distancia si quiere llegar a la eliminatoria decisiva por el ascenso: «Vivimos algo parecido el año de Haro. Notamos que somos ejemplo para mucha gente y ver la ciudad así de engalanada es la leche», destaca Ramos.
El jugador del Zamora no elude la pregunta sobre la presión, y concede que incluso la puede notar algo más, como su compañero Dani Hernández, al tratarse de dos hombres cuyo trabajo confluye con su pasión infantil. «Pero nos preparamos para esto. Somos deportistas por estos fines de semana y, para nosotros que lo hemos vivido como aficionados, sentir un play off desde dentro es increíble», aclara el futbolista.
Vistos desde fuera, Round y Ramos parecen tener pocas cosas en común. Quizá, lo que más les une, más allá de su labor como representantes de los equipos zamoranos, es un pasado como adolescentes volcados ya en el profesionalismo. El base se fue pronto del Reino Unido en busca de una aventura en el baloncesto que le llevó incluso a debutar en ACB con el Fuenlabrada; el centrocampista también marchó rumbo a un club de mayor exigencia cuando aún iba al instituto y alcanzó a estrenarse con el primer equipo del Atlético de Madrid en un choque de Copa del Rey en el antiguo Vicente Calderón. ¿Quién era el rival aquel día? Correcto, el Sant Andreu.
«Ganamos 2-1 en el Calderón, pero esta vez ese resultado no me vale», ríe el futbolista, que es consciente de que, en el deporte, «se pierde mucho más que se gana» y de que semanas como esta son también para disfrutarlas. Round apostilla que su trayectoria le ayuda a agradecer mucho estos momentos: «He aprendido que pocas veces puedes vivir años así, con grupos como este y con la oportunidad de disputar partidos tan importantes», reconoce el base. Los dos hablan con pausa, pero se les intuye la hora de sus partidos grabada en la mirada.
Todo lo ocurrido en el pasado, no solo en el más reciente, les mantiene también conectados. Carlos Ramos no olvida lo que pasó en 2018 frente al Alcobendas. El Zamora CF perdió 2-0 en la ida y se vendió la ilusión, pero apenas hubo opciones de remontada: «Veníamos hundidos de perder contra el Haro, el alma del equipo no estaba para competir otra vez. Por eso admiro lo que han hecho ellos», resalta jugador rojiblanco, mientras mira a Round. Ahora, para el zamorano, el escenario es diferente: «La primera parte contra el Sant Andreu fue mala, pero la segunda nos hace creer de verdad».
La mirada infantil
La ciudad en general confía en los dos equipos, pero la fe resulta particularmente visible en los rostros de los niños: «Siempre me ha gustado entrenarles, verles jugar. A veces no saben botar o tirar, pero disfrutan igual. Me hacen recordar por qué juego a esto, por qué dedico mi vida al baloncesto. Antes de partidos como este, en los que te puedes meter mucha presión, ellos te reafirman en tus motivaciones», explica Jacob Round.
En los partidos del Ruta de la Plata, Carlos Ramos, junto a otros compañeros como Dani Hernández o Parra, siempre se dirige al final hacia la grada para saludar a los chicos y chicas que esperan para darles la mano: «Me pongo en su piel», recalca el centrocampista, que aún se recuerda a sí mismo como recogepelotas o como fan infantil del club de su vida: «Que vinieran a decirme algo Curro Vacas o Berodia me hacía el niño más feliz del mundo. Jugamos para nuestra gente, para nuestra afición, pero sobre todo para los más pequeños», afirma el rojiblanco.
Ramos no ha perdido esa costumbre ni siquiera en estos meses tan complejos por las circunstancias en las que está envuelto el club: «Ha sido una situación muy extraña que podría habernos afectado mucho, pero nos ha unido más», asegura el centrocampista, que desliza que ahora, en el play off, solo es el momento de «competir y ganar». Al fondo, aparece la Primera Federación, que estos años ha tenido equipos como el Deportivo de la Coruña, «que ha llegado a jugar semifinales de la Champions». «Significaría mucho para la ciudad», sostiene el jugador.
El salto a LEB Oro también supondría un espaldarazo para el baloncesto en la ciudad: «El salto es muy grande, y ya te meterías con equipos que están ahí compitiendo por subir a la ACB. Cada dos semanas habría equipazos, un espectáculo en el Ángel Nieto y, lo que es seguro, un equipo enfrente identificado con la ciudad y preparado para darlo todo por seguir en la categoría», deja claro Round.
En el camino hacia la foto que ilustra este reportaje, algunos vecinos alientan a los jugadores que esta semana han sostenido la bandera de la emoción por el baloncesto y el fútbol en una ciudad de provincias que suspira por la euforia para aparcar los dramas diarios. Algunos, eso sí, animan desde la exigencia. «A la gente le gusta recordarme que este sábado hay que ganar», remata Round. En realidad, el sábado y el domingo, pero, si las cosas no salen, simplemente habrá que intentarlo otra vez. Es la vida. Es el deporte.