El campo zamorano se resigna a una nueva temporada estival sin vacuna para la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica. Las bajas temperaturas que de momento se han registrado en la provincia (ya cerca de junio y todavía sin grandes calores) han ayudado a que el vector de riesgo no comience a circular, pero los ganaderos dan por hecho que el virus estará en sus explotaciones en las próximas semanas.
El vector transmisor, que es el mosquito, empieza a circular cuando la temperatura mínima sube de los diez o doce grados, algo que todavía no ha sucedido. Cuando eso pase, comenzarán a salir del letargo invernal y a empezar a moverse por el campo. Si una vez llega el buen tiempo vuelve el frío, como ha sucedido, eso no corta el ciclo, tan solo lo ralentiza. «Cuando hubo esas semanas de calor hubo gente que dijo que había detectado casos nuevos. No sé, pueden ser casos del año pasado, es pronto aún», asegura Marcelo Mozo, ganadero de Bermillo de Sayago.
Lo que de momento parece descartado es que la cabaña ganadera desarrolle por sí misma la inmunidad ante el virus. La afectación, aseguran fuentes del sector, es mucho mayor que los datos comunicados, por unas u otras razones. Y eso que los datos comunicados son malos. En Zamora, la Junta tiene detectados más de 1.200 animales muertos desde el pasado mes de agosto. Y es que, aunque la inmunidad natural fuese posible, se lograría a un precio que ni los animales ni los ganaderos pueden pagar, porque la enfermedad afecta de forma agresiva a las vacas y causa un elevado porcentaje de muertes.
”Lo que da miedo es pensar en las imágenes del pasado verano”, asegura Marcelo Mozo, que pese a todo salvó la campaña sin ninguna vaca muerta, aunque ha registrado en su cabaña dos abortos que achaca al impacto de la EHE. «Hay explotaciones que lo pasaron muy mal, con muchos animales muertos. Algunos cerca de veinte vacas muertas. Otro año así y cierran, eso no hay quien lo soporte».
Una vacuna urgente
En esta cuestión, los ganaderos están más cerca de la Junta que del ministerio. La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural sigue insistiendo en la necesidad de que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación plantee un plan de actuación conjunto, con sus ayudas correspondientes, para hacer frente a esta enfermedad que ha afectado a toda España.
Los ganaderos lamentan que, de momento, el control sobre la enfermedad no es precisamente intenso. «Aquí lleva sin venir nadie a hace pruebas ni se sabe», añade Mozo. «Sería bueno que nos dijeran si las vacas que lo pasaron tienen anticuerpos o si vamos a estar igual que el año pasado», apostilla.
En Europa la enfermedad entró a finales de 2022. El 10 de noviembre de ese año se describió en Sicilia y Cerdeña, procedente del serotipo 8 de Túnez. Unos días después, sobre el 18 de noviembre ya se describen los primeros casos en Andalucía. Los primeros casos llegan a Zamora a lo largo del año 2023. En la provincia, según los últimos datos que ofreció la Junta, cerca de 10.000 animales dieron positivo por la enfermedad. Se han registrado unas 1.200 muertes.