En medio del clásico bullicio infantil, con gritos, carreras y alguna llamada de atención materna, tres chicas adolescentes se afanan por explicar su historia. Sus nombres son María Muriel, Ana Fernández y Rut de Vega, y las tres visten uniformes idénticos del Club de Tenis Zamora. Sus voces nerviosas revelan que están cerca de un momento importante. Este mismo sábado, en Valladolid, todas ellas, junto a varias compañeras más, participarán en las semifinales del campeonato autonómico por equipos y claro, quieren ganar. Aunque eso no deja de ser un extra: «Lo importante es que somos una piña», aclara María.
Estas chicas del equipo junior, aunque dos de ellas todavía son cadetes por edad, forman parte de la representación de cantera que el Club de Tenis Zamora envía durante esta primavera a competir con los mejores equipos de Castilla y León: «Vamos con ganas, a intentarlo. Este es el campeonato que más nos llama la atención porque es cuando estamos todas juntas», señala María, la más habladora, aunque los sueños se cuecen más en la mente de su compañera Ana: «Si ganamos los autonómicos, vamos al Campeonato de España. Es difícil, pero no imposible».
La conversación con estas jóvenes tenistas tiene lugar en la pista seis de la Ciudad Deportiva, el lugar que ha escogido el club para realizar la presentación de sus equipos de cantera para esta temporada. Algunos de esos chicos y chicas, benjamines, alevines, infantiles, cadetes y junior, pertenecen a los elencos seleccionados durante las concentraciones previas para formar el grupo definitivo que compite en Valladolid tanto en masculino como en femenino. De hecho, algunos ya han disputado las primeras eliminatorias; otros esperan su turno. Mayo es un mes clave.
Quien explica toda esta dinámica es uno de los profesores, Ángel Alfonso, que subraya que, desde hace un par de años, la implicación de varios patrocinadores permite que el club pueda abordar toda esta serie de desplazamientos primaverales. En total, la competición se estructura en torno a seis fines de semana, siempre en Valladolid, por lo que la participación exige una logística. «Nuestro objetivo, de momento, es ir a participar. No estamos preparados para ir a ganar, pero en 2022, por ejemplo, presentamos equipos en todas las categorías», indica el responsable de la entidad.
La idea del Club de Tenis Zamora no es tanto que sus chicos y chicas se conviertan mañana en Carlos Alcaraz o Paula Badosa, sino que los niños y niñas «vayan entrando y metiéndose en la competición». «El objetivo es formar a la base», insiste Ángel Alfonso, que destaca el centenar de fichas de las que disponen para formar los equipos: «Muy pocos clubes están en esas cifras. Nosotros tenemos una buena cantidad», recalca el profesor.
En general, Ángel Alfonso estima que la salud de este deporte en la ciudad es razonablemente buena. De hecho, «con el tema de la pandemia, al ser un deporte de distancia y libre de contacto, la gente se empezó a meter más». Ni siquiera la irrupción del pádel en los últimos años está restando empuje a una disciplina que también genera interés entre los adultos. La escuela cuenta con más de 260 licencias en estos momentos.
Hasta cinco días de entrenamiento a la semana
Dentro de ese grupo, cada cual tiene un nivel y una inquietud variable por mejorar. «Quienes compiten entrenan tres, cuatro o cinco horas a la semana y luego hay personas que bajan una o dos», comenta el responsable de un club que cuenta con un grupo fijo de profesores junto a varios colaboradores que se encargan de esta tarea formativa.
Uno de los rostros que más ven por las pistas es el de Pablo Pose, un chico de la generación del 2008, que entrena cinco días por semana y que compite en los campeonatos regionales tanto en cadete como en junior: «Siempre estamos pensando en los autonómicos», asegura el adolescente, consciente como sus profesores de que muchas veces el nivel no alcanza para pelear por lo máximo, pero decidido a «darlo todo».
Pablo juega al tenis desde los siete años y sabe que las horas de vuelo son las que le permitirán acercarse a los listones más altos de Castilla y León: «Si quieres alcanzar un buen nivel es lo que toca», admite el adolescente, que deja claro un mensaje que evidencia hasta qué punto le arropa el club: «Siento que somos todos familia».
Esos chicos y chicas emparentados por la bola y la raqueta se conjuraron este viernes por la competición y por la diversión de la mano de patrocinadores como Asesoría Mielgo, Molendum, Alaguero, Karsal, Oxygeno Estructura y Obras o H5 Jardinería, los que permiten que días como este sábado viajen en busca de victorias tanto en los partidos individuales como en los de dobles. Todos los triunfos valen para el equipo; toda la experiencia es aprendizaje. Y, si no se gana, el lunes habrá otro entrenamiento.