El exministro de Transportes, José Luis Ábalos, ha reconocido en la Comisión de Investigación del Senado conocer al presidente del Zamora, Víctor de Aldama, aunque ha asegurado que esta relación «no era personal» y que se circunscribía al trabajo del empresario, presidente y dueño del Zamora CF, como asesor de la empresa Air Europa. Ábalos ha asegurado además desconocer los detalles de los contratos formalizados por su ministerio, y por otros del Gobierno, con la empresa «Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas». Una parte de esos contratos, basta recordar, fue presuntamente a los bolsillos de Víctor de Aldama.
Por esta parte, la de la gestión de los contratos de las mascarillas, los senadores han preguntado a Ábalos, sin que haya existido respuesta, cómo es posible que la oferta económica del contrato de suministro de mascarillas para Puertos del Estado se presentara cuatro días antes de publicarse el contrato y cómo se puede explicar que «el 48% del dinero que se pagó a esta empresa para suministrar mascarillas fuera al bolsillo» de Víctor de Aldama, algo más de cinco millones de euros según las informaciones publicadas. «Ni tengo conocimiento de los márgenes, ni de lo que gana el personal, ni nunca me ha interesado», ha subrayado el exministro y exsecretario de Organización del PSOE.
En cualquier caso, Ábalos ha intentado quitar importancia a su relación con De Aldama, pasando de puntillas por cuestiones como que la celebración de la fiesta de su sesenta cumpleaños se llevara a cabo en el restaurante que el empresario posee en Madrid. Sí ha asegurado que lo conoce «desde una campaña de promoción» del Zamora CF, campaña de la que deriva la ya famosa fotografía del exministro con la camiseta azul del equipo que simulaba un corazón y las venas y arterias del cuerpo.
El papel en el viaje de Delcy Rodríguez
Ha sido, con todo, el «caso Delcy» el que más preguntas sobre la relación de Ábalos y De Aldama ha motivado en la Comisión de Investigación del Senado. El exministro ha reconocido arribar a la terminal privada del aeropuerto de Barajas al tener conocimiento el Gobierno «de que en ese avión viajaba la vicepresidenta de Venezuela» para asegurarse, dice Ábalos, «de que no pisaba España». El entonces ministro llega a Barajas «en un coche del partido» conducido por su hombre de confianza, Koldo Rodríguez. En el parking privado de Barajas se encuentra con Víctor de Aldama. «No sé que estaba haciendo allí, pregúntenselo ustedes cuando él venga a esta comisión», ha indicado Ábalos a los senadores.
Lo que Ábalos sí ha apuntado es que las relaciones de Víctor de Aldama con Venezuela eran fluidas, tanto con el Gobierno como con la oposición, «a través de empresas». Y asegura desconocer si la presencia del empresario en Barajas tiene que ver con el dinero adeudado a la empresa por el Gobierno de Venezuela o con el destino de las famosas «maletas», cuya existencia, existe el exministro, no se ha probado.
También reconoce Ábalos las fluidas relaciones de Koldo García con Víctor de Aldama, unas relaciones que asegura que nunca ha aprobado. «No me gusta que la gente se vea mucho. En cualquier caso era una relación extralaboral, que se llevaba a cabo fuera del Ministerio» de Transportes, puntualiza el exministro.