En la manifestación del Primero de Mayo de Zamora, las banderas de la sección de juventud de Comisiones Obreras las llevaban personas que, de media, tenían más de cincuenta años. Entre los 700 asistentes había pocos, muy pocos jóvenes. Siendo uno de los segmentos de población más afectados por las malas condiciones laborales, si no el que más, es destacable la falta de implicación de los trabajadores noveles en la lucha sindical tradicional.
Pese a todo, si se buscaba entre las filas, algún joven aparecía. Como Javier Silva, un zamorano de 27 años que ha conseguido trabajo como administrativo en Zamora y que, confiesa, no sabe si va a poder desarrollar su vida profesional en Zamora o va a tener que emigrar, como han hecho buena parte de sus amistades. «La mayoría de los amigos de toda la vida han tenido que irse porque aquí no encontraban nada», asegura Silva mientras la manifestación enfila la calle de El Riego. Las causas, evidentemente, hay que buscarlas en las malas condiciones laborales. «Las empresas piensan que como eres joven vas a aguantar más, con condiciones peores y salarios más bajos, y los jóvenes no estamos dispuestos a eso», añade.
– ¿Qué haría falta para que la gente se quedase?
– Lo fundamental, trabajo. Pero que además esté bien pagado. No podemos pretender que la gente se quede aquí a ganar mucho menos dinero del que se gana en otras provincias.
Con Javier comparte manifestación Óscar García, que se expresa en unos términos semejantes. «En Zamora, la cosa está bastante negra, de mis amigos muy pocos quedamos aquí, la mayoría se han ido», añade. Óscar tiene 29 años y también ha conseguido empleo en la ciudad. Sueña con quedarse aquí y establecer su vida en la provincia. «No podemos aspirar a vivir con salarios tan bajos, que dan para el piso y poco más. La gente tiene que ganar más», concluye.
En el medio de una manifestación con una elevada media de edad, un grupo de jóvenes que llama la atención es el de las Juventudes Socialistas. Emilio Ferrero es su secretario general, y asegura que el oeste de la comunidad autónoma está «abandonado». «Zamora, León y Salamanca somos las comunidades que pagamos los platos rotos de una mala gestión. En Soria hubo voluntad de corregir las cosas y ya están empezando a cambiar. En Zamora, el Gobierno de la Junta se ha negado sistemáticamente a ello», asegura.
Ferrero apostilla que «los jóvenes queremos oportunidades y condiciones de vida dignas» y no «tener que elegir entre la tarjeta del paro y el abono de Renfe. Los jóvenes necesitamos una estrategia pensada para nosotros porque, a este paso, no va a quedar nadie», añade. «No podemos permitirnos que haya instituciones que miren para otro lado y que no nos dejen quedarnos en nuestra tierra, obligándonos a emigrar», concluye Ferrero.