Llevar el Archivo Diocesano de Zamora al siglo XXI. Este es el objetivo de la reforma de las instalaciones que se ha comenzado a acometer y que se llevará a cabo durante los próximos meses, con las que el archivo, un referente en España durante muchos años, espera volver a coger brillo. Miguel Ángel Hernández, delegado episcopal del Archivo Diocesano. «Fuimos uno de los primeros archivos que puso sus fondos al servicio de la investigación y de los primeros en contar con personal especializado», remarca Hernández, que considera que «ha llegado el momento de dar un paso más» en el desarrollo de las instalaciones.
Instalaciones que cuentan con miles de documentos de cientos de lugares de la provincia de Zamora, que permiten hacer un estudio de la demografía provincial, de las costumbres pasadas y de su influencia en los usos actuales. Y que permiten bucear en la historia desde el siglo XII, cuando el archivo empieza a nutrirse de forma continuada de documentación. Los registros civiles, basta recordar, datan del siglo XIX.
Las instalaciones, aseguran sus responsables, se encuentran actualmente saturadas. «No cabe ni un documento más», apunta Miguel Ángel Hernández. Cada parroquia de las cientos que guardan aquí documentos envía una media de 25 libros y hay papeles de más de 240 pueblos de la provincia. Un volumen ingente que hace necesaria una ampliación que «va mucho más allá de poner estanterías» y que plantea ampliar espacios, digitalizar y dotar a las instalaciones de una sala para investigadores.
Existen espacios libres que antes estaban ocupados por las oficinas propias del Obispado y que ahora se han establecido en el edificio de la calle de Ramos Carrión, frente al teatro. «Queremos que la documentación esté perfectamente custodiada, que tenga un servicio de protección contra incendios, que haya mayor seguridad para evitar robos y sustracciones y que existan una temperatura y humedad adecuada a lo que aquí se está guardando», remarca el encargado del Archivo Diocesano.
150.000 euros aportados por la Diputación
Para reformar el Archivo, la Diputación de Zamora y el Obispado han acordado hoy la firma de un convenio mediante el cual la institución provincial pondrá encima de la mesa 150.000 euros para que se desarrollen los trabajos. Trabajos que ya han comenzado por la reforma de la cubierta del edificio y que continuarán por los menesteres antes descritos.
El acuerdo ha sido presentado hoy por el presidente de la Diputación de Zamora, Javier Faúndez, y por el obispo, Fernando Valera. Faúndez asegura que los «tesoros documentales» que se guardan en las instalaciones eclesiásticas, que corresponden a parroquias de todos los pueblos de la provincia, hacen necesaria la reforma de las instalaciones para dotarlas de unas óptimas condiciones de conservación.
Parte del dinero irá destinado a la restauración de las cubiertas, unos trabajos que ya están en marcha para evitar que «caigan goteras sobre documentos con cientos de años», unos archivos que «recogen buena parte de la historia de la provincia». Faúndez añade que se trabajará en la digitalización del archivo y en la creación de unas salas de trabajo para que el Archivo Diocesano se convierta verdaderamente en un «centro de investigación. Hablamos de un centro que solo el año pasado tuvo 5.000 visitantes y queremos que todas esas personas se encuentren un espacio digno y cómodo, donde todo esté digitalizado y en condiciones de ser consultado».
Una vez rubricado el convenio, será el propio Obispado el encargado de contratar los trabajos. «Nosotros nos limitamos a realizar la aportación económica», ha apostillado el presidente de la Diputación de Zamora, «en la línea de los convenios firmados con esta misma Diócesis o con la de Astorga».
Una importante labor social
En los últimos tiempos, como consecuencia de la ley que permite obtener la nacionalidad a descendientes de españoles, el Archivo Diocesano se encuentra realizando una importante labor con personas que escriben, fundamentalmente desde Argentina o Cuba, para obtener las partidas de bautismo de sus antepasados y así lograr la nacionalidad española. Un trabajo que supone unas 1.500 consultas anuales a través de Internet y que desarrolla el técnico encargado del archivo.
«Creo que en este sentido estamos cumpliendo con una labor social, dando la oportunidad a los descendientes de zamoranos de regresar a la tierra de sus antepasados», una labor que «quizás correspondería más a los registros civiles» pero que también se está realizando en las instalaciones del Palacio Episcopal, remarcan las mismas fuentes.