Al aeródromo de Braganza se llega por una de las carreteras que unen la ciudad principal del municipio rayano con la comarca de Sanabria. De hecho, las instalaciones se ubican solo a 17 kilómetros de la frontera provincial, si uno entra a España por Rihonor de Castilla. Antaño, o en la pandemia, ese cambio de país implicaba un veto al paso o una interrupción incómoda, pero ahora uno solo percibe la diferencia por la presencia de un cartel o por el cambio de suelo y de la hora en los teléfonos inteligentes.
A la entrada de la instalación brigantina, una trabajadora de Sevenair, la única empresa que opera con vuelos regulares, ejerce como responsable del punto de información, jefa de la seguridad y analista de la realidad de un aeropuerto del que salen y llegan aviones cinco días a la semana. Todos, salvo los miércoles y los domingos. La ruta regular conduce a los pasajeros a Vila Real, Viseu, Cascais o Portimao en un viaje de norte a sur que parte a las siete y media de la mañana y que hace el recorrido inverso desde las cinco menos diez de la tarde.
Por distancia y por atractivo, los destinos más demandados son Cascais, una localidad turística y marítima al pie de Lisboa, a una hora y cuarenta minutos en avión de Bragança; y Portimao, otra ciudad portuaria, en este caso del Algarve, a la que se llega en poco más de dos horas y media desde el aeródromo trasmontano. La trabajadora de la empresa aérea, con familia en Toro, explica que los clientes suelen ser, en general, portugueses. Los españoles que se ven por allí tienden a acudir de forma privada. Para eso también está disponible la instalación.
La existencia de este recurso al pie de Zamora resulta bastante desconocida para las gentes de la provincia en general, y eso que uno puede desplazarse a Lisboa o al Algarve, destinos bastante demandados, por precios que apenas superan los 100 euros entre la ida y la vuelta. Ahora, Bragança y Portugal ultiman un plan para que esta instalación tome otra dimensión, con su entorno atento a las implicaciones que eso pueda tener en forma de nuevos recursos al pie de zonas como el oeste zamorano.
Un plan que se presentará en mayo
Según ha publicado recientemente el periódico O Mensageiro, y ha podido confirmar este medio, la Cámara Municipal de Bragança confía en que el proyecto del aeropuerto regional Terras de Trás-os-Montes vea la luz en mayo. El citado medio rayano ha reproducido declaraciones del presidente de la institución local, Paulo Xavier, en las que el político asegura que todo está en «su fase final».
La aspiración de Bragança aquí es que el aeródromo municipal se transforme en el aeropuerto regional de referencia. La obra costará «algunas decenas de millones de euros» e implicará la ampliación de la pista, nuevos accesos, otra carretera para conectar la infraestructura con la ciudad, un equipamiento de radares y mayor iluminación. Los trabajos están pensados, en parte, para el transporte de viajeros, pero también como impulso a las mercancías y a la conversión de este aeropuerto en punto de salida para las exportaciones.
Ya en su día, el ahora expresidente de la Cámara Municipal y miembro del nuevo Gobierno portugués en calidad de secretario de Estado de la Administración Local, Hernani Dias, apuntó que el aeropuerto de Bragança debía de convertirse en una alternativa al Francisco Sá Carneiro de Oporto y consolidarse así como un eje de desarrollo integrado de toda la región, con el oeste zamorano como beneficiado indirecto.
En ese punto, Dias citó igualmente el desembarco de Mercadona en el norte de Portugal y recordó que la cadena de supermercados cuenta con una base logística en León. Concretamente en Villadangos del Páramo. Aquí, el entonces presidente de la Cámara Municipal lamentó la ausencia de una unión rápida por carretera con esa zona del país vecino a través de Puebla de Sanabria, una vía que a estas alturas Portugal ya tiene planificada mientras, aquí, el Gobierno de España y la Junta de Castilla y León se pasan la pelota sin avanzar.
Las conexiones, en el plan director
Esa carretera gana importancia con las perspectivas para el aeropuerto de Bragança y también con la existencia de la Alta Velocidad ferroviaria en la zona de Sanabria, que podría generar sinergias positivas para esta zona fronteriza tan castigada demográficamente. De hecho, la carretera ya aparece en el plan director sobre la terminal brigantina, redactado hace quince años. El texto hace referencia expresa a esa unión y a la autovía desde la frontera hasta Zamora, de la que tampoco se ha construido un solo metro en todo este tiempo.
A la espera de esas conexiones, Portugal avanza para posicionar al aeropuerto de Bragança, con Zamora a la expectativa por si esta infraestructura se convirtiera, aunque fuera de rebote, en un elemento de desarrollo para sus territorios con más problemas de despoblación y envejecimiento.