Nuevos desprendimientos en la muralla de Zamora, concretamente en la ronda de Santa Ana (cerca del centro cultural La Alhóndiga), motivan que el grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Zamora retome la petición de acometer una «reforma integral» en el monumento. Los desprendimientos se suman a los más recientes detectados en la ronda de Santa María la Nueva y a piedras caídas en la ronda de la Feria, aunque en este último caso no venían tanto de la muralla como de la base de piedra que la sustenta. El PP pide que los técnicos municipales valoren la gravedad del desprendimiento y las medidas a llevar a cabo.
Recuerdan los populares que la zona no está dentro del plan de intervención más inmediato anunciado por el Ayuntamiento de Zamora hace escasas semanas. Esas obras, cuyo proyecto se encuentra ya en fase de licitación y que se comenzarán a llevar a cabo en los próximos meses, se circunscriben a la zona trasera a la Catedral, San Martín, avenida de la Feria, Puerta de Doña Urraca y ronda del Degolladero.
Obras que, en cualquier caso, el portavoz del PP, Jesús María Prada Saavedra, cifra en menos de 1,4 millones de euros, «lejos de las cifras dadas esta semana por los parlamentarios nacionales del PSOE, que hablaban de dos millones, y lejos de los 1,7 millones anunciados por Guarido, desapareciendo del presupuesto un total de 350.000». Supresión, dice el PP, «derivada de los definición técnica de los tramos seleccionados y del grado de intervención en los diferentes lienzos de la muralla».
Prada insiste en que «el continuo deterioro de la muralla» deja «cada vez más claro que hay que invertir en su conservación», como ya puso de manifiesto el Plan Director que recogía la necesidad de de ejecutar inversiones por 41 millones de euros, 33 de los cuales se invertirían en la propia muralla. «Las obras anunciadas son de poco más del cuatro por ciento de dicho plan», concluye el PP.
La próxima inversión
En la presentación de los trabajos que se van a realizar en la muralla, el pasado 14 de marzo, el alcalde de Zamora valoró que era «el primer paso para que el Estado se tome en serio la muralla, que es de su propiedad en la mayor parte de su recorrido y que a día de hoy carece de un plan de actuación». El trabajo de consolidación que se va a ejecutar está precedido de una fase de diagnosis que habla, a nivel general, de la existencia de serias humedades, escorrentías, pérdida de morteros o arenización de la zona.
Guarido también puso de manifiesto que, ante desprendimientos como los sucedidos ahora en Santa Ana o antes en la ronda de Santa María es el Ayuntamiento, aunque no es la institución competente, «la que se encarga de reponer las piedras en su lugar», pidiendo permiso antes «a todas las partes competentes», que son muchas. «Al final, somos la institución más ágil», puntualizó Guarido.