Abrir un negocio siempre es un proyecto arriesgado. Optar por poner en marcha una librería, una apuesta fuerte. Y poner una librería especializada en literatura infantil en la capital de la provincia más envejecida de España es un órdago. Y este es el proyecto que hace casi cuatro años (los hará el 1 de julio) puso en marcha en Zamora Sandra Alonso, una graduada en Magisterio y apasionada de la lectura y la escritura que decidió quedarse en Zamora y abrir su propio negocio como vía para establecerse en su ciudad.
«Recuerdo que me decían que me lo pensara y que me estaba equivocando», reconoce ahora la emprendedora zamorana desde el otro lado de un mostrador en el que hay una pequeña escalera para que sus clientes puedan llegan a la altura del cristal. «Y pensé que a lo mejor había sido un error cuando apretaba la pandemia», asegura Alonso. La librería en cuestión, Mis Cuentos Infantiles, abrió sus puertas poco después del confinamiento, cuando salir a la calle todavía tenía ciertas restricciones, la compra de productos por Internet se imponía y el contacto social era complicado.
«En los primeros momentos», reconoce, «te mueves más por instinto que por otra cosa». Aunque «todas las decisiones que iba tomando estaban bastante pensadas, sí que es verdad que había un componente de ilusión de poner en marcha un negocio». Un negocio que se puso en marcha cuando Sandra Alonso, graduada en Magisterio de Infantil y Educación Especial, se encontraba en pleno proceso de oposición. «Me di cuenta de que me encantaba el magisterio pero no estaba hecha para opositar», lo que propició un cambio de rumbo que se tradujo en la apertura del negocio.
Obra propia
La librería cuenta en sus estantes con varias obras escritas por la propia dueña del negocio. Una colección que, además, no para de crecer y que recientemente ha sumado el libro que hace el número 22 y que llega después de «Una misión en Semana Santa», que ha cosechado un importante éxito durante las últimas semanas. «El color del agua» es la última obra de Sandra Alonso y ya está a la venta. «Los niños son un público muy fiel, cuando algo les gusta, repiten. Son ellos los que animan a venir a sus padres».
Literatura que, no por ser infantil, debe dejar de tratar ciertos temas. El primer cuento escrito por la zamorana, «Abrazos de chocolate», trata sobre la pérdida de un ser querido. Algo que provoca, de entrada, el rechazo de parte de los posibles lectores, temerosos de cómo puede afectar la lectura a los niños. «Se pueden tratar todos los temas adaptándolos al lector», asegura Sandra Alonso.
La librera reconoce que «no es fácil» desenganchar a los críos de las pantallas del móvil y del ordenador, donde pasan un tiempo cada vez más largo tanto por motivos académicos como por ocio. Peor si constata que «a los niños les encantan los libros» y que «es mucho más fácil que les guste la lectura si encuentran un ambiente adecuado dentro de la familia», si los padres leen y fomentan que haya libros en casa. La edad crítica llega a partir de los diez años. «Ahí perdemos a muchos», reconoce Alonso.
Pese a todo, el viaje compensa. «Apostar por la cultura siempre es bueno», apunta la librera. Y si es por fomentar la cultura entre los más pequeños de la casa, mejor. Aunque sea un público que, desgraciadamente, no es el más numeroso en Zamora. «La lectura juega un papel fundamental en la educación de los niños», resume Alonso. Fomentarla es tarea de todos.