La Guardia Civil investiga a un hombre que fue interceptado el pasado 4 de abril, en la carretera ZA-610 a la altura de Moraleja del Vino, y que quintuplicó la tasa de alcohol permitida al volante en el control que le practicaron los agentes de la Benemérita.
Los hechos sucedieron de tal modo que los guardias civiles detectaron «una conducción anómala» por parte del conductor y le interceptaron para realizarle las pruebas correspondientes. El hombre «presentaba síntomas evidentes de estar bajo la influencia de bebidas alcohólicas» y arrojó un resultado de 1,45 mg/l en el control.
El investigado, así como las diligencias instruidas, fueron puestos a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Zamora.
Las recomendaciones de la Guardia Civil
La Guardia Civil ha recordado que «la ingesta de bebidas alcohólicas, así como la de drogas y sustancias tóxicas influye en el conductor de un vehículo con la disminución de la capacidad sensorial, de reflejos y de atención en la conducción, desvirtuando la percepción de la realidad, determinando una conducción inapropiada y creando un concreto peligro para la vida propia y del resto de los usuarios de la vía».
Estas conductas al volante podrían conllevar administrativamente hasta 1.000 euros de sanción y penalmente podrían ser castigadas con la pena de prisión de tres a seis meses o con la de multa de seis a doce meses o con la de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días, y, en cualquier caso, con la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años.